Desde tempranas horas de ayer, agentes del Departamento de Cibercrimen de la Policía Nacional y un grupo de agentes fiscales realizaron un operativo de cooperación internacional denominado “BLOQUE II”, en prosecución a la investigación de una estafa cometida mediante acceso indebido a cuentas bancarias en Argentina para sustraer grandes sumas de dinero, que luego convertían en criptoactivos. Los allanamientos derivaron en la detención de tres presuntos implicados en el hecho.
El objetivo principal de este operativo era Rodrigo David Díaz Acosta, quien fue el primero en ser capturado durante uno de los tres allanamientos ejecutados en la ciudad de Hernandarias. Según la investigación fiscal-policial, en apenas 15 días, el hombre recibió 99 depósitos por un valor total de USD 260.000 en criptoactivos, a través de billeteras digitales y sería uno de los principales integrantes de esta banda de hackers.
También fueron detenidos Gladys Sosa Barboza, José Luis Cáceres Verela y Ernesto Paniagua. Díaz Acosta, supuestamente, recibía la transferencia y luego redistribuía los fondos a María del Rosario González de Rodas, quien recibió cuatro transacciones por un total de USD 35.000; a Gladys Sosa Barboza, por un valor total de USD 6.500 y al venezolano José Luis Cáceres Verela, USD 51.000
Además de los tres allanamientos en Hernandarias, se llevaron a cabo otros dos procedimientos en Ciudad del Este en busca de los implicados y evidencias que permitan continuar con la investigación. Los detenidos y los elementos incautados fueron trasladados a la capital del país.
COOPERACIÓN DE LA ARGENTINA
El comisario Ramón Aquino, del Departamento Especializado en Cibercrimen, explicó que el operativo se originó mediante una cooperación internacional entre Argentina y Paraguay, en el marco de una investigación de casos de accesos indebidos a cuentas bancarias ocurridos en Argentina. “El caso se vincula porque hay ciudadanos paraguayos beneficiados con el fraude financiero ocurrido en Argentina, entonces nuestros pares de Argentina se comunican en Paraguay para poder dar seguimiento a esa trazabilidad que salió de usuarios bancarios afectados de Argentina, que el dinero al final vino a parar en nuestro país en criptomonedas”, explicó Aquino.
Las transferencias se realizaban a otras cuentas y, posteriormente, se adquirían criptoactivos para ser reenviados a Paraguay, con el objetivo de perder la trazabilidad del dinero.
EL CASO
Se trata de un caso de phishing o robo de identidad, en el cual los perpetradores sustrajeron 260 mil dólares americanos en marzo de 2023 de cuentas bancarias en Argentina y los enviaron a contactos en Paraguay.
El objetivo de la investigación es identificar a los presuntos miembros de una red de estafadores cibernéticos que habrían obtenido casi G. 2.000 millones en moneda extranjera. La investigación se centra en estafa mediante sistema informático, alteración de datos relevantes para la prueba y lavado de dinero.
La fiscal de la unidad especializada contra delitos informáticos, Irma Llano, con el apoyo de otros fiscales, realizó los allanamientos en tres viviendas en Hernandarias y dos locales en Ciudad del Este para la detención de los cuatro individuos buscados.
COMO OPERAN
Según los datos, la red de ladrones cibernéticos sustrajo fondos de las cuentas bancarias de diferentes personas a través de internet y los convirtió en criptoactivos para transferirlos a Paraguay a través de billeteras virtuales, desde donde volvieron a distribuirse a los ahora detenidos.
Entre los elementos incautados se encuentran teléfonos celulares, dinero en efectivo en varias denominaciones, equivalentes a unos G. 50 millones; equipos electrónicos, como pendrives, notebooks y criptoactivos, así como cheques por valor de G. 82 millones, y una pistola calibre 9 mm la marca Canik.
La identificación de los autores se llevó a cabo en Argentina, donde las autoridades policiales desplegaron la fase 1 de la operación. Después de rastrear las transacciones, se identificó que unos 260 mil dólares estadounidenses fueron transferidos a Paraguay. También se logró identificar a los supuestos receptores en el país, lo que llevó al desarrollo de la fase 2.