La comisión vecinal del barrio Boquerón presentó un nuevo reclamo contra el penal regional que está instalado sobre la avenida Rogelio R. Benítez y que es considerado como una “bomba de tiempo” por estar en una zona con alta densidad poblacional. El envío de las aguas servidas hacia el Lago de la República fue filmado por los vecinos del barrio que denunciaron el caso en sus redes sociales.
“Las aguas servidas que salen de la cárcel van hacia el lago, esto es algo reiterativo, algo frecuente”, reclamó un poblador que realizó el video mostrando cómo las aguas residuales corren sobre el asfalto hasta llegar al cauce. Las imágenes captadas por el morador son elocuentes y merecen la intervención de la dependencia de medio ambiente de la Comuna o la unidad especializada del Ministerio Público.
Además, indicaron que, en los días de lluvia, la cloaca a cielo abierto sobre la avenida es “normal” porque aprovechan para arrojar los desperdicios con el raudal. En muchas ocasiones, olores nauseabundos han tomado toda la cuadra de la institución penitenciaria, porque las fosas de aguas residuales están rebosantes y ya no hay condiciones para excavar otra dentro de la institución.
El agua negra que recorre las avenidas y gana las calles que conducen hacia el lago es por demás dañino para la salud y brinda una pésima imagen para la zona, considerada como uno de los barrios de élite de la capital departamental. Muy cercanos a la sede penitenciaria existen colegios públicos y privados, instituciones del Estado, locales gastronómicos y otros comercios que deben convivir con este lamentable problema.
No se conoce un nuevo estudio del nivel de coliformes fecales que tenga el Lago de la República, pero con el alto nivel de contaminación que registra, no solo con la cloaca de la penitenciaría sino también de los asentamientos urbanos que están en los alrededores, es recomendable una revisión amplia de la calidad del agua que se distribuye a la población del microcentro, las áreas habitacionales y sus alrededores, mediante la Essap y la planta de tratamiento de agua de la Itaipu Binacional.
LA MUDANZA
La comisión vecinal del barrio Boquerón insiste en la mudanza de la sede penitenciaria a su nuevo local en el km 20 de Minga Guazú, porque existe un riesgo permanente y constante para la comunidad empresarial, educativa, funcionarios públicos y otros sectores. Entre los meses de abril y mayo hubo al menos tres tentativas de fugas de reclusos de alta peligrosidad, pero felizmente fue abortada.
El espacio utilizado por la penitenciaria corresponde a la Gobernación del Alto Paraná y, según su titular, Roberto González Vaesken, tiene intenciones de recuperarlo, dar un aprovechamiento al sitio para otras inversiones encaradas desde su gestión. Se llegó a decir que pretenden ceder a la Policía Nacional para la construcción de un cuartel central.
En la nota remitida a las autoridades nacionales pusieron énfasis que representa una imagen negativa con militares y equipos móviles de guerra apostados en las afueras del local que alberga a reclusos de alta peligrosidad, dependientes de facciones criminales que, en una eventual fuga o amotinamiento, pondrán en riesgo a todo el barrio y no solo al personal penitenciario.
