Nuevamente, el despilfarro, el amiguismo y la falta total de criterio se aplica a la administración de Fernando Bittinger y Mario Báez, gerentes ejecutivo y administrativo, respectivamente de la Fundación Tesâi. No satisfecho con la gran cantidad de malos manejos administrativos realizados, según varias denuncias de sindicalistas y los propios funcionarios de la institución, trascendió que los gerentes han providenciado la contratación de la cuestionada directora del hospital regional del IPS, Ana Liz Jara, como “Encargada de Gestión Hospitalaria” del hospital del Área 2.
Es decir, una directora cuyo desempeño es constante blanco de críticas de parte de asegurados del IPS, con un trabajo que requiere de la misma toda su atención, a lo que se suma la cuestión del hospital integrado “Covid-19”, recibe un jugoso contrato en la cuestionada administración de Bittinger y Báez, sin que se justifique dicho nombramiento desde ningún punto de vista.
Ana Liz Jara es exesposa del también cuestionado diputado por San Pedro, Freddy Tadeo D´Ecclesiis, por lo que su nombramiento en la zona Este, en detrimento de profesionales de la región, pudo haber sido por cuestiones netamente políticas.
Según datos de los propios funcionarios de la institución, este no sería el primer caso de personal del IPS, antiguo lugar de trabajo de Bittinger, que logran desmedidos beneficios en la fundación, en claro despilfarro de parte de los gerentes de la entidad.
Esta situación, se suma a las ya consabidas carencias del hospital, pues a pesar de tener un alto presupuesto de parte de la Itaipu, existen varias denuncias de malos manejos, ya sea en relación a la manera en que se realizan los procesos licitatorios, que se escapan de todo control de entes contralores, pues se escudan en la figura de “entidad privada, fundación sin fines de lucro”, para poder sortear a los entes del estado que deben verificar la manera en que se llevan adelante las compras de la entidad.
Incluso, la fundación Tesâi fue utilizada para varias “compras covid”, hechas por la Itaipu Binacional, que finalmente se realizaron a través de la institución y de esta manera evitaron pasar por todos los filtros de control del estado y de la opinión pública.
