Las ollas populares son en muchos sectores el único plato de comida que ven en el día.
Debido a la crítica situación económica que vive el departamento como consecuencia de la pandemia del Covid-19, miles de familias sobreviven gracias a unas 1.150 organizaciones barriales, que administran las ollas populares en Alto Paraná. A pesar del avance de la cuarentena inteligente y la apertura de negocios, el circulante de dinero es escaso, lo cual se explica en gran medida debido al cierre de frontera, que mantiene el comercio del microcentro paralizado, con más de 20.000 personas sin trabajo o con suspensión de contrato.
En este contexto las ollas populares son una salida para, por lo menos, asegurar el almuerzo que, para muchas comunidades y familias, es la única comida en el día. Es así que desde el Gobierno, a través de la Itaipú, vienen distribuyendo cestas básicas que, alguna manera, están paliando la angustiante situación.
Desde la entidad binacional confirmaron que hasta ahora fueron distribuidas un total de 1.447.290 kilogramos de alimentos, que corresponden a 25.618 cestas básicas. Esta acción se coordina a través de la asesoría de responsabilidad social de la entidad, la Iglesia Católica, la Gobernación y las municipalidades.
100 MIL KILOS
Estas entregas se realizan en el marco de un convenio entre la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) y la binacional, que permite, semanalmente, la entrega de más de 100.000 kilos de alimentos en los diferentes centros de acopio.
Estos centros de distribución están ubicados el Hospital Materno Infantil Los Ángeles, en Ciudad del Este; en el polideportivo Padre Javier Jiménez, en Presidente Franco; en el polideportivo Municipal de Hernandarias y en la parroquia María Auxiliadora de Minga Guazú.
“Regularmente nosotros retiramos los insumos que luego distribuimos a las ollas populares ubicadas en las 10 capillas”, explicó el padre Fulgencio Ferreira, vicario de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús del barrio Ciudad Nueva.
Los kits, entregados a las comisiones que administran las ollas populares, constan de 157 kilos cada uno y contienen harina, aceite, poroto, arroz, extracto de tomate, fideo y pollo. Se estima que esta cantidad, al ser procesada, equivale a unas 250 porciones de comida para tres días.
DESCONTENTO
A pesar de realizarse este tipo de asistencia, las quejas y reclamos continúa y el descontento avanza en los diferentes sectores de la sociedad. La falta de créditos blandos, que permitan oxigenar la economía de muchas familias es un tema pendiente. Dueños de muchas pequeñas y medianas empresas sufren todos los días la burocracia impuesta por la banca pública para acceder a un préstamo.
