Familiares de una mujer fallecida en extrañas circunstancias el lunes de la semana pasada acudieron ayer a la Fiscalía para pedir mayor seriedad en las investigaciones de la causa de la muerte de su madre. Son cinco menores y una mayor que sindican directamente a su padrastro Carmelo Vázquez Lugo como autor del homicidio que le costó la vida a Maida Concepción Noguera Candia. Reseñaron que el sujeto era concubino de su madre y que hace poco tiempo fue liberado de la penitenciaría regional, donde estuvo recluido por un caso de homicidio del que sería responsable, según los agentes policiales que investigan el caso.
Como antecedentes que generan sus sospechas, Griselda, la hija mayor de la fallecida, contó que el padrastro frecuentemente golpeaba a su madre, quien se dedicaba a la recolección y comercialización de remedios yuyos, forzada por su situación para mantener a su prole. Llamó poderosamente la atención que los restos de la mujer fueran halladas en un arroyito del Km 14, luego de que saliera con el sospechado sin dar explicaciones a su familia y siempre que iban al trabajo llevaban a los niños más chicos consigo, pero esta vez obviaron ese procedimiento. Anteriormente, la ahora fallecida ya fue herida con un destornillador por el ahora sospechado.
Agregó que ninguno en la familia cuenta con documento de identidad y que Noguera Candia intimó ayer a que le entreguen a su hijo de 1 año y 10 meses que ni siquiera fue reconocido aún, que tuvo con la víctima fatal con plazo hasta ayer a la tarde para el efecto, caso contrario se las verían con él. Cuestionaron la acción de la fiscal interviniente, quien no se hizo presente en el lugar para realizar el levantamiento, ya que los restos de su madre fueron alzados en el vehículo de una funeraria y trasladados al hospital distrital de Minga Guazú, donde diagnosticaron la causa como “muerte súbita”.
Discuten la teoría oficial y piden la necropsia de los restos de la madre, ya que presumen que la mujer murió por desnucamiento y tiene heridas en el cuello, sobre la oreja y otras partes del cuerpo que hacen presumir que antes de su fallecimiento se habría defendido de las agresiones que le costaron la vida. La mujer de 20 años pidió la urgente intervención de la fiscal Juliana Giménez, ya que sufren amenazas y están a su suerte sin ninguna protección en la misma precaria vivienda donde residían con su madre, donde fueron abandonados por el sospechado de homicidio.
