La cuestionada agente de la unidad especializada de lucha contra la violencia familiar, fiscal Emilce Ovelar, se burló del Código de Organización Judicial al ausentarse el sábado durante su turno de guardia para participar de un evento organizado por la Asociación de Agentes Fiscales del Paraguay, llevado a cabo en la capital del país. Lo grave del caso es que la representante de la sociedad firmó ese mismo día un oficio y ordenó la libertad de un jubilado de Itaipu, con orden de captura, detenido por la Policía. El sujeto tuvo la bendición de Ovelar y recuperó su libertad en tiempo récord, sin la necesidad de acudir a la Fiscalía, al juzgado penal de garantías y ni siquiera haber pisado el calabozo de la Dirección de Policía. Tanta generosidad habría sido porque, supuestamente, recibió USD 3.000 por el “favor”.
El artículo 198 del Código de Organización Judicial dice taxativamente: “Los Jueces y Fiscales en lo criminal deben estar durante su turno, accesibles para ser encontrados en el momento en que su intervención sea requerida, no pudiendo abandonar el asiento de sus funciones, sin autorización de la Corte Suprema de Justicia”. Para la fiscal Emilce Ovelar, evidentemente, esto queda en aguas de borraja o simplemente no le interesa su trabajo. Supuestamente, el sábado 25 de mayo, la misma tendría que estar de turno, sin embargo, prefirió viajar a la capital del país para participar de una velada denominada “Vino de Honor”, organizada por la Asociación de Agentes Fiscales del Paraguay, oportunidad en que recibió un “certificado de inamovilidad”. El evento tuvo lugar en el espacio La Galería, ubicado sobre la avenida San Martín 1310 c/ Nuestra Señora del Carmen de Asunción. Fotografías de la referida fiscal bailando con su marido y posando con otras agentes fiscales, como Liliana Zayas, confirman que estaba de parranda y poco o nada le interesó su trabajo en Ciudad del Este.
COIMA Y LIBERTAD
Alrededor del mediodía del sábado, agentes de la División de Búsqueda y Localización de la Policía Nacional, dependiente de la Dirección de Policía del Alto Paraná, detuvieron a Patrocinio Penayo Ferreira, casado, de 67 años, sobre la avenida Amado Benítez y una calle sin denominación del barrio Amambay de Ciudad del Este. El mismo contaba con una orden de captura en la causa 9840/18 por un hecho de violencia familiar. Tal como dictaba la orden de captura, el mismo fue trasladado a la Dirección de Policía del Alto Paraná donde teóricamente debería quedar preso, teniendo en cuenta que era requerido por ese hecho punible, considerado crimen y, como tal, la ley no prevé medidas alternativas ni otras salidas procesales a los sospechosos. Sin embargo, para sorpresa de los propios policías que lo detuvieron, media hora más tarde, Penayo Ferreira ya estaba libre nuevamente, sin tener la necesidad de ser llevado a la Fiscalía y mucho menos al juzgado penal de garantías, como corresponde en estos casos.
Lo llamativo es que la fiscal Ovelar, estando en Asunción, firmó un oficio ordenando a la Policía la inmediata libertad del jubilado, quien, actualmente, se desempeña como cajero de la CAJUBI. Supuestamente, lo hizo con la ayuda de su hijo Andrés Rodríguez, quien completó a bolígrafo el oficio que contenía una fecha equivocada con la firma de su madre y además habría intermediado en la negociación.
SILENCIO CÓMPLICE
Esta escandalosa demostración de desprolijidad y presunta corrupción dentro de la Fiscalía de Ciudad del Este debe ser investigada a profundidad por el fiscal adjunto Augusto Moreno, a fin de aclarar el caso y dar respuestas a la ciudadanía que está cansada de tanta injusticia o corrupción, de lo contrario estaría siendo cómplice de las barbaridades que cometen los agentes fiscales del Alto Paraná.
