Las campanas repicaron con fuerza la tarde de ayer en la Catedral San Blas de Ciudad del Este y en todos los templos de la Diócesis. No fue una celebración más, sino el eco jubiloso de una noticia histórica que sacude al mundo católico: la elección del cardenal Robert Francis Prevost Martínez como nuevo sumo pontífice, con el nombre de León XIV.
La emoción se hizo sentir desde el primer momento del anuncio. El obispo diocesano, Mons. Pedro Collar Noguera, emitió un comunicado oficial desde el Centro Diocesano, donde se encuentra en retiro espiritual, invitando a los fieles a unirse en oración y acción de gracias. “¡Gozo y alegría porque ya tenemos nuevo papa!”, proclamó. Además, pidió a todos los párrocos hacer sonar las campanas como señal visible de comunión con la Iglesia universal.
El nuevo pontífice, de 69 años, es un nombre que no pasa desapercibido. Robert Prevost, nacido en Chicago en 1955 y nacionalizado peruano desde 2015, trae consigo una trayectoria marcada por la entrega pastoral y el compromiso con América Latina. Miembro de la Orden de San Agustín, misionero en Perú desde 1985, ocupó diversos cargos eclesiales en ese país, incluyendo el obispado de Chiclayo y la administración apostólica del Callao. Fue también prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Mons. Collar no ocultó su esperanza por el nuevo liderazgo en Roma. “Fin comunión de alegría, esperanza y oración”, concluyó su mensaje, reflejando el sentir compartido por miles de católicos que se congregaron espontáneamente en parroquias y plazas para celebrar.
El papa León XIV inicia así su pontificado con un pie firmemente plantado en América Latina y el otro en la universalidad de una Iglesia en movimiento. Y en Ciudad del Este, como en tantos otros rincones del planeta, la esperanza ha vuelto a sonar al compás del bronce sagrado.
