
La fiscal Estela Mary Ramírez, titular de la unidad especializada en violencia familiar nº 2 de Ciudad del Este, vuelve a estar en el ojo de la tormenta tras su inacción ante una denuncia de violencia presentada el 31 de marzo último. Su falta de reacción casi terminó en una tragedia: el intento de feminicidio de Raquel Florentín López (24) y el brutal apuñalamiento de su actual pareja, Ariel Yahari Giménez (28), quien hoy lucha por su vida en el hospital.
El sábado último, el diario La Clave publicó en sus plataformas digitales sobre este caso con el título: “Inacción fiscal casi termina en tragedia”. El material aparentemente molestó a la representante de la sociedad, quien antes que actuar en consecuencia, se puso en campaña para tratar de desacreditar al medio, que por fortuna, cuenta con los documentos y el testimonio de las víctimas, quienes refutan con vehemencia a la agente fiscal.
El presunto autor de este hecho es Víctor Hugo Ramírez Bogado (32), quien en la noche del jueves 1 de mayo irrumpió violentamente en una pieza de inquilinato situado en la fracción Ybycuí, en el km 7 Monday de Ciudad del Este. Armado con un cuchillo, ingresó a la casa de su expareja y, tras no encontrar resistencia, asestó múltiples puñaladas al actual compañero sentimental de la mujer. La víctima quedó tendida en el suelo, bañada en sangre, mientras que la mujer apenas pudo escapar con vida gracias a la intervención de vecinos.
Lo insólito y a la vez indignante es que el Ministerio Público ya tenía conocimiento previo del comportamiento violento del agresor, pues el 31 de marzo de este año la misma víctima y su hermana Zulma Florentín López acudieron a la Fiscalía a denunciar una brutal agresión por parte de Víctor Hugo, quien supuestamente las golpeó salvajemente. La denuncia fue caratulada como “Víctor Hugo Ramírez Bogado sobre supuesto hecho de violencia familiar”, y lleva el nº de causa 5.109/25, que cayó en la unidad de la fiscal Estela Mary Ramírez.
¿QUÉ HIZO LA FISCAL RAMÍREZ?
Según las afectadas, absolutamente nada. Ni siquiera se molestó en ordenar la detención del sujeto o en convocar a las víctimas. Mucho menos dispuso protección efectiva para ellas. Y como si fuera poco, luego de que el caso estallara en los medios, la fiscal utilizó la estructura de prensa del Ministerio Público para emitir un comunicado agradable a sus aspiraciones, en el que pretende lavarse las manos y “explicar” que cumplió con el protocolo. En el mamotreto, la representante de la sociedad asegura que la víctima no se presentó, que no había lesiones físicas visibles y que se solicitó una evaluación psicológica, como si las puñaladas debieran anticiparse con un diagnóstico de consultorio. La excusa del “protocolo” es usada por la agente como un escudo para esconder lo obvio: su total negligencia. La misma deja en evidencia una peligrosa costumbre en el sistema judicial paraguayo, minimizar las denuncias de violencia familiar y reaccionar, si es que lo hacen, cuando ya es demasiado tarde.
OMISIÓN CRIMINAL
Familiares de las víctimas no dudan en calificar la actuación de la fiscal Ramírez como una “omisión criminal”. “Nos salvamos de milagro. No hubo prevención, no hubo protección. Esa señora no hizo nada”, expresó con lágrimas de indignación la hermana de la víctima.
FIGURETTI
Pero la fiscal parece más preocupada por su imagen pública que por la vida de las mujeres a quienes debería proteger. En lugar de asumir su responsabilidad, lanza comunicados para tratar de engañar a la ciudadanía y se escuda en formalismos legales que no salvaron a nadie esa fatídica noche.
Afortunadamente, esta historia no terminó en otro feminicidio más para engrosar la estadística. Pero estuvo muy cerca. Y si el Ministerio Público no empieza a tomar con seriedad estos casos desde la primera denuncia, la próxima víctima podría no tener la misma suerte. ¿Hasta cuándo fiscales como Estela Mary Ramírez seguirán jugando a cumplir protocolos mientras los casos de feminicidio solo van en aumento?
MÁS MUERTES
No podemos olvidar un caso emblemático de feminicidio y posterior suicidio ocurrido el 31 de agosto de 2023, que tiene a la Fiscalía como principal responsable por su inacción. En la ocasión, Norma Estela Miñarrro (43) fue asesinada a balazos por su exmarido, Leonor Meaurio Carreaga (51). El crimen ocurrió en pleno centro de Ciudad del Este, a pasos del Puente de la Amistad. Sin duda alguna, la Fiscalía tuvo mucho que ver en ese caso, ya que el actor del crimen fue denunciado en dos oportunidades por su expareja, la primera denuncia fue en el año 2019, ante la fiscal Rocío González que no movió un dedo para ayudar a la víctima.
Luego, el 10 de julio de 2023, Norma Estela Miñarro denunció nuevamente a su pareja por violencia familiar. Sin embargo, pese a las reiteradas denuncias, el hombre nunca fue imputado por la Fiscalía y, por ende, no tenía pedido de prisión. Este caso curiosamente también fue encajonado en la unidad especializada nº 2 contra la violencia familiar, a cargo de la fiscal Estela Mary Ramírez, quien tampoco imputó al agresor, y justificó su inacción diciendo que emitió un oficio a la Policía, pidiendo a los agentes que ronden la casa de la mujer y otras sandeces que no sirvieron de nada para evitar que se llegue a este lamentable desenlace.