
Ciudad del Este se convirtió en una auténtica ruta de entrada, distribución y contrabando de cigarrillos electrónicos en Paraguay. Los denominados vapers o pods ingresan al país, en su mayoría desde China Continental, a través del aeropuerto Silvio Pettirossi, para luego ser redistribuidos en la capital del Alto Paraná. Desde aquí, los productos son comercializados localmente y también exportados ilegalmente, principalmente al Brasil y otros países de América Latina. Estudios y profesionales médicos alertan de los efectos mortales sobre la salud humana de estos equipos, que parecen inofensivos, pero son mucho más peligrosos que el cigarrillo convencional.
A pesar de que en Brasil la venta de estos dispositivos está prohibida, el flujo transfronterizo no se detiene. Cientos de ciudadanos brasileños cruzan a diario la frontera para adquirirlos en Ciudad del Este y revenderlos en el mercado negro de su país, aprovechando la falta de controles aduaneros y sanitarios en Paraguay.
De acuerdo con estimaciones del sector privado y fuentes de control informal, el 90% de los vapeadores que se venden en CDE ingresan al país de manera irregular. Muchos lo hacen bajo falsos registros o camuflados como productos electrónicos o informáticos, para beneficiarse del Régimen de Turismo y evitar el pago de aranceles. Aunque deberían abonar una carga impositiva del 49%, la subvaloración de la mercadería y el cambio de partida arancelaria permiten que ingresen con costos mínimos o sin tributar en absoluto. Esta práctica representa un claro caso de contrabando y evasión fiscal a gran escala.
Además del impacto económico, la situación es alarmante desde el punto de vista sanitario. Si bien la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) regula la importación y comercialización de estos dispositivos mediante la resolución DNVS D.G. n° 153/2021, el control efectivo por parte del Ministerio de Salud es prácticamente inexistente, lo que ha facilitado la proliferación de comercios que venden estos productos sin ninguna habilitación, e incluso a menores de edad.
Actualmente, la legislación paraguaya no prohíbe la venta de cigarrillos electrónicos a menores, lo que convierte al país en un terreno fértil para una industria cada vez más lucrativa y peligrosa. En las calles de Ciudad del Este es común ver a adolescentes comprando vapers de variados colores, sabores y formas, sin ningún tipo de restricción.
ADVERTENCIAS MÉDICAS
La comunidad médica local y regional viene alertando desde hace tiempo sobre los riesgos que implican estos productos, especialmente entre los jóvenes. Un estudio desarrollado por la Liga Académica de Neumología Clínica (LANEC), en la región de la triple frontera, reveló que más del 50% de los usuarios habituales de cigarrillos electrónicos ya presentan síntomas de daño pulmonar, mientras que otro 37% de usuarios esporádicos también reporta signos preocupantes como tos persistente, fatiga y dificultad para respirar.
El neumólogo Carlos Pallarolas, reconocido por su trayectoria y activismo en salud pública, advierte que los efectos del vapeo son devastadores. “Ya no hablamos solo de neumonías graves o del ‘EVALI’ (lesión pulmonar asociada al uso de vapeadores), ahora hablamos de cáncer. Eso ya es demasiado grave”, expresó ayer en una entrevista en radio La Clave.
Uno de los datos más impactantes que compartió el especialista es que un solo vapeador puede contener el equivalente a 128 cajetillas de cigarrillos convencionales en nicotina. Además, denunció que muchos productos etiquetados como “libres de nicotina” en realidad contienen cantidades elevadas de esta sustancia adictiva.
Durante el último congreso de la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT), realizado en Santiago de Chile, se presentaron estudios que muestran cómo los componentes del vapeo pueden alterar la expresión genética, activando genes oncogénicos y suprimiendo los que combaten el cáncer. “El cuerpo humano tiene un equilibrio entre genes que producen y que combaten el cáncer. Con el vapeo, se rompe esa balanza”, alertó el doctor Pallarolas.
El especialista también enfatizó que el inicio temprano del consumo —a partir de los 12 años— aumenta drásticamente los riesgos. “Mientras más joven se empiece, más vulnerable es el cuerpo y mayor es el daño”, señaló.
PROYECTO DE LEY PARA REGULAR “DUERME” EN EL CONGRESO
Frente a este panorama preocupante, la Cámara de Diputados aprobó en septiembre de 2024 un proyecto de ley que busca regular la importación, producción, comercialización y consumo de cigarrillos electrónicos en Paraguay. La propuesta incluye la prohibición de venta a menores, etiquetado obligatorio con advertencias sanitarias, sanciones para infractores y la aplicación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), incluso con tasas superiores a las que hoy gravan al tabaco.
No obstante, el proyecto se encuentra actualmente estancado en el Senado, donde no avanza su tratamiento. Según diversas fuentes, la presión de poderosos grupos económicos vinculados a la importación y distribución de estos productos estaría frenando el debate legislativo.