
Del 19 al 27 de mayo en Ginebra se llevará a cabo la 78ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS). En este marco, Taiwán reitera su interés en participar como observador en la misma y contribuir de manera activa al fortalecimiento de la salud pública mundial.
No obstante, la participación de Taiwán en los mecanismos de la ONU ha sido obstruida durante años como resultado de una distorsión política de la resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU y de la resolución 25.1 de la propia Asamblea Mundial de la Salud por parte de China. Cabe subrayar que ninguna de estas resoluciones menciona a Taiwán ni establece que forme parte de la República Popular China. En consecuencia, dichas resoluciones no otorgan a la República Popular de China el derecho ni el poder de representar a Taiwán en la OMS.
En el marco del 30º aniversario del Sistema Nacional de Seguro de Salud de Taiwán (NHI), es un momento propicio para reflexionar sobre los avances y desafíos en la búsqueda de la equidad sanitaria. Desde la creación del NHI en 1995, Taiwán ha demostrado que es posible ofrecer una atención médica de calidad, accesible y sostenible, cubriendo al 99,9 % de su población y convirtiéndose en un referente mundial en cobertura sanitaria universal.
Como cónsul general, me enorgullece compartir cómo esta política de salud, centrada en las personas, ha sido clave para la estabilidad social del país. A través de herramientas tecnológicas, como la telemedicina, la atención digital personalizada y la promoción del envejecimiento digno en casa, Taiwán ha desarrollado un sistema moderno que responde a los retos de nuestro tiempo, incluidos el envejecimiento poblacional y la creciente demanda de atención médica.
Además, durante la pandemia de Covid-19, Taiwán desempeñó un papel crucial compartiendo suministros, estrategias y experiencias. La exitosa historia de Taiwán en implementar la cobertura sanitaria universal ha sido una lección valiosa para el mundo, demostrando que la cooperación sanitaria global es esencial y comprobando con hechos que Taiwán puede ayudar.
La Asamblea Mundial de la Salud (AMS) es un foro técnico, no político, cuya misión es alcanzar la cobertura sanitaria universal y garantizar la salud como un derecho humano fundamental. Excluir a Taiwán contraviene estos principios y deja brechas críticas en la red global de salud pública.
En este contexto, y con el fin de defender los valores fundamentales de inclusión y universalidad que promueven las Naciones Unidas, hacemos un llamado a la OMS y a las partes involucradas para que reconozcan las importantes contribuciones de Taiwán a la salud pública global y al derecho humano a la salud. Es esencial que la OMS adopte un enfoque más abierto y flexible, guiado por los principios de profesionalismo e inclusión.
Por razones prácticas, Taiwán debería ser incluido en la Asamblea Mundial de la Salud, así como en todas las reuniones, actividades y mecanismos de la OMS, especialmente en aquellos vinculados al acuerdo sobre pandemias. Taiwán reafirma su disposición a colaborar estrechamente con la comunidad internacional para construir un sistema de atención médica sin fronteras, en cumplimiento del derecho humano a la salud consagrado en la Constitución de la OMS y de la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de no dejar a nadie atrás.