
En Juan Emilio O’Leary, Alto Paraná, el intendente Everaldo Acosta no se anda con rodeos: “Si no sos oficialista, no conseguís beneficios para tu ciudad”, afirmó con la sinceridad de quien conoce las reglas del juego político en nuestro país. Desde la intendencia, Acosta repasa los avances que, bajo su administración, trabaja para cambiar el rostro de un distrito históricamente relegado.
En entrevista con Radio La Clave, citó logros concretos como la construcción de una nueva plaza pública, metros de empedrado en expansión, aulas para la Universidad Nacional en la filial local y el programa “Hambre Cero” que, en sus palabras, es un “éxito total” en O’Leary.
Pero no es casualidad, señaló. “Todo es posible gracias a la alineación con el gobierno central”. Se muestra agradecido tanto con el presidente Santiago Peña como con el movimiento oficialista HC (Honor Colorado). “Yo no puedo hacer oposición. Si haces oposición, no consigues nada. “Nosotros necesitamos al gobierno, y eso lo entiende el pueblo de O’Leary”, reafirmó, sin titubeos.
Lejos de la retórica de enfrentamientos partidarios, el intendente apuesta por una lealtad pragmática: trabajar con quien esté en el poder para garantizar obras y recursos. “Siempre trabajé con el gobierno de turno. Y mientras dure este gobierno, seguiré al lado de ellos”, resaltó.
“No es fanatismo político”, recalcó, sino sentido de responsabilidad hacia una comunidad que históricamente ha estado entre las más pobres de Alto Paraná. Esa visión pragmática se extiende incluso a proyectos de infraestructura que podrían cambiar el destino económico de la zona.
Acosta destacó con entusiasmo el inminente asfaltado que unirá O’Leary con San Cristóbal a través de un puente construido en 2006, y que ahora será el eje de una nueva vía de 62 kilómetros. “Vamos a reducir costos, facilitar el transporte de granos como soja, trigo y maíz. Este asfalto es vital para el crecimiento regional», explicó.
El proyecto, que involucra a tres empresas constructoras, promete estar terminado en 18 meses. El propio Acosta, siempre práctico, no descarta la instalación de un peaje para asegurar el mantenimiento de la nueva vía. No hay que tener miedo a hablar claro. «Si no se mantiene, el asfalto se arruina», sentencia.
Aunque inicialmente dudó en buscar la reelección, la presión popular terminó convenciéndolo, asegura. La gente me pide que siga. “No era mi idea, pero no puedo darle la espalda al pueblo”, admite, revelando que ya se encuentra en campaña, nuevamente caminando las calles que tantas veces recorrió.
Su única condición: seguir del lado del gobierno nacional. “No importa el partido, yo voy a trabajar siempre con quien esté en el gobierno. “Mi obligación es traer obras, traer progreso”, dice, dejando claro que la política en O’Leary se escribe con resultados, no de ideologías.