Una presunta carrera clandestina de motocicletas terminó en un violento accidente que dejó como saldo una mujer fallecida y dos jóvenes gravemente heridos. El suceso ocurrió alrededor de las 16:00 de ayer en el km 48 de la Ruta PY02, en el barrio San Pedro del distrito de Yguazú. Una vez más la imprudencia criminal de algunos motociclistas y la falta de conciencia se cobró una vida.
La víctima fatal fue identificada como Vilma Beatriz Mendoza Estigarribia (34), domiciliada en el km 60 de Yguazú. La mujer conducía una motocicleta Kenton, modelo SKUA 150cc, de color negro, sin chapa. Según el informe policial la mujer circulaba sentido Ciudad del Este-Asunción cuando fue llevada por delante por dos motocicletas que circulaban a gran velocidad en la misma dirección y aparentemente estaban jugando carrera. Los mismos están identificados como Luis Alberto Gómez Quintana (23), oriundo de Dr. Juan León Mallorquín, quien estaba al mando de una motocicleta Kenton, y Juan Alberto Medina Ruiz Díaz (18), del barrio Santo Domingo de Yguazú, también a bordo de motocicletas de la marca Kenton, sin matrícula.
De acuerdo con el reporte de la comisaría 9ª de Yguazú, los tres motociclistas se desplazaban en dirección Oeste cuando, probablemente perdieron el equilibrio a raíz de la alta velocidad que llevaban y chocaron primeramente entre sí y luego contra la mujer. Producto del brutal impacto, Mendoza Estigarribia fue asistida por voluntarios de los Bomberos y traída al hospital distrital de Minga Guazú, pero lamentablemente llegó sin signos vitales. Por su parte, los dos jóvenes heridos fueron trasladados al pabellón de traumas de Ciudad del Este, donde permanecen internados en estado delicado.
Los biciclos involucrados, todos con severos daños materiales, fueron trasladados hasta la sede policial para los procedimientos de rigor.
Las primeras hipótesis apuntan a que los involucrados habrían estado participando en una carrera clandestina, un fenómeno cada vez más frecuente en las rutas de Alto Paraná, que no solo pone en riesgo la vida de los propios corredores, sino también la de conductores y peatones que utilizan la Ruta PY02.
Este tipo de conductas imprudentes y temerarias representan una verdadera amenaza para la seguridad vial. Muchos de estos jóvenes, tras protagonizar accidentes terminan copando los hospitales públicos, ocupando camas y recursos que deberían destinarse a verdaderas emergencias médicas. Otros, tristemente, no llegan ni siquiera a ser asistidos, como ocurrió en este lamentable caso.
La Policía Nacional continúa investigando el hecho para determinar las responsabilidades penales de los sobrevivientes y aclarar si efectivamente jugaban una clandestina.
MÁS CONTROLES
Una vez más, esta tragedia deja al descubierto la urgente necesidad de controles más severos en rutas nacionales y una fuerte campaña de concienciación para prevenir que más vidas inocentes sigan perdiéndose. La Patrulla Caminera poco o nada aporta para la disminución de los accidentes, ya que ni siquiera controlan a los motociclistas y solo se dedican a perseguir a conductores de vehículos con cuatro ruedas.
