
Una nueva requisa en la penitenciaría regional de CDE dejó al descubierto un presunto plan de fuga encabezado por miembros del Primer Comando da Capital (PCC), además de evidenciar una vez más la corrupción que impera dentro del sistema penitenciario, donde los principales responsables son, según fuentes, los propios guardiacárceles. Durante el procedimiento se incautó una pistola calibre 9mm, drogas, siete celulares de distintas marcas y varios litros de “chicha”, una bebida alcohólica fabricada artesanalmente por los reclusos.
El operativo se inició alrededor de las 23:00 del martes y se extendió hasta la 01:00 del miércoles en el pabellón A baja del penal, sector que estaría bajo control directo de la organización criminal PCC. Las autoridades penitenciarias, en conjunto con la Policía Nacional, lograron incautar una pistola calibre 9mm, drogas, siete celulares de distintas marcas y varios litros de “chicha”, una bebida alcohólica fabricada artesanalmente en el lugar.
La pistola, una HS-9 de fabricación croata, fue hallada con tres cargadores y 47 cartuchos sin percutir. Estaba escondida bajo el piso de concreto y la cama de un interno, supuestamente ligado al PCC. Según datos preliminares, el arma habría ingresado en una caja de zapatos con la colaboración de funcionarios del penal, quienes facilitaron su paso hasta manos del recluso. El hallazgo refuerza las sospechas de que sectores del plantel penitenciario operan como aliados internos de facciones criminales.
El Ministerio de Justicia ordenó de inmediato una investigación interna para identificar a los funcionarios involucrados en el ingreso del arma de fuego y otros objetos prohibidos. Voceros del ministerio señalaron que esta situación no es nueva y que en cada procedimiento similar se encuentran elementos ilícitos, lo que evidencia una estructura corrupta enquistada en el sistema penitenciario.
“Cada vez que hacemos una requisa, incautamos armas, drogas, celulares y bebidas. Eso no ocurre por casualidad. Hay una red de complicidades internas que está siendo protegida por uniformados que deberían velar por la seguridad del penal”, expresó una fuente ligada a la intervención.
El nuevo director del penal, Joel Durañona, reconoció la gravedad del caso y aseguró que se tomarán medidas urgentes. “Vamos a reforzar los controles, aunque es una tarea extremadamente difícil debido a la superpoblación y la falta de recursos. Aun así, no se puede justificar lo ocurrido”, sostuvo.
La intervención también tenía como objetivo frustrar un plan de fuga que, según informes de inteligencia, estaba en preparación por parte del PCC. Se presume que la pistola incautada iba a ser utilizada en ese intento, lo que confirma el nivel de peligrosidad y organización que mantiene esta facción criminal incluso dentro de los muros carcelarios.