Una importante carga de calzados falsificados de conocidas marcas, valuada en unos 200 mil dólares, fue incautada en Foz de Yguazú, Brasil. La operación estuvo a cargo de la Receita Federal (Aduana) y la Policía Federal, cuyos agentes intervinieron un depósito ubicado en el barrio Três Bandeiras, donde descubrieron el cargamento que tendría como destino final Ciudad del Este.
El procedimiento fue resultado de una fiscalización de rutina. Los agentes observaron movimientos sospechosos en un galpón perteneciente a una empresa de transporte. Al acercarse, sorprendieron a varias personas descargando cajas de un camión de gran porte. Al notar la presencia de las autoridades, los involucrados intentaron huir, pero fueron retenidos en el lugar.
Dentro del camión y en el interior del galpón, se hallaron múltiples cajas repletas de calzados con logos de marcas reconocidas, pero que, tras una rápida verificación, fueron identificados como productos falsificados. La mercancía fue cargada en tres camiones de la Receita Federal y trasladada a la sede de la Aduana para su análisis y posterior destrucción.
Aunque no hubo detenciones, las autoridades brasileñas informaron que se iniciarán representaciones fiscales ante el Ministerio Público Federal, ya que se trata de un delito vinculado al contrabando y la falsificación de productos protegidos por derechos de propiedad intelectual.
Las primeras investigaciones apuntan a que esta carga tenía como objetivo abastecer el circuito de venta informal en Ciudad del Este, uno de los principales focos comerciales de la región fronteriza. Según datos de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), cerca del 50% del calzado que se vende en esta ciudad ingresa al país de manera ilegal, lo que representa un enorme perjuicio para los importadores formales y para el Estado.
La Cámara de Importadores de Calzados de Alto Paraná también ha denunciado reiteradamente el crecimiento del contrabando, que no solo evade impuestos, sino que genera una competencia desleal y daña la imagen de las marcas.
Se calcula que unos 5.000 pares de zapatos ingresan diariamente de contrabando a Paraguay a través del Puente de la Amistad. Este flujo constante se realiza en su mayoría mediante paseros y vehículos particulares que transportan la mercadería desde Brasil.
El contrabando de calzados no es un fenómeno aislado ni reciente. Empresas brasiletas, especialmente en Foz de Yguazú, publicitan sus productos falsificados a través de redes sociales, ofreciendo precios muy por debajo del mercado. Luego, coordinan con transportistas y paseros para hacerlos cruzar la frontera y distribuirlos en distintas ciudades paraguayas.
Este esquema afecta no solo al comercio legal, sino también al fisco nacional y a los derechos de propiedad de las marcas. La informalidad ha encontrado en estas prácticas una vía rentable y extendida, que opera casi a plena luz del día.
