El suboficial ayudante de la Policía Nacional Francisco Javier Samudio Riveros (23), quien presta servicio en la Agrupación Especializada de la capital del país, vinculado a múltiples hechos graves, como persecución armada, golpiza mortal, tortura y extorsión, continúa en el cuadro activo de la institución, esta vez, fue denunciado por tentativa de privación ilegítima de libertad y amenaza, en un confuso episodio ocurrido en una cancha de piki vóley del km 7,5 Monday, fracción Ybycuí de Ciudad del Este.
El nuevo hecho fue denunciado por la víctima, Joel Melgarejo Ledesma (38), quien relató que fue atacado a punta de arma de fuego por el personal policial en compañía de Lucas Daniel Ovelar Franco, alias “Luca’i”, un presunto microtraficante y otros cuatro hombres –dos de ellos uniformados– quienes intentaron forzarlo a subir a un vehículo por motivos desconocidos, ya que el afectado asegura no tener cuentas pendientes con la justicia. El mismo logró zafarse gracias al auxilio de una mujer de nombre Jhoana Andrea González, quien lo acompañaba y para ello tuvo que lanzar piedras contra el rodado de los denunciados para evitar el secuestro. Los atacantes huyeron tras el fallido intento, dejando aterrados a menores que estaban en el lugar.
GUARDAESPALDAS DE MICROTRAFICANTE
El suboficial Samudio ya fue detenido anteriormente en compañía del mismo Luca’i, en febrero de 2024, cuando protagonizaron una peligrosa persecución a bordo de una motocicleta sin chapa. En ese entonces, el suboficial iba armado con una réplica y portaba su credencial policial estando de franco. Su acompañante tenía antecedentes por narcotráfico. Ambos fueron liberados rápidamente, lo que levantó sospechas de un esquema de protección institucional.
En febrero de este año, también fue sindicado como autor de una brutal golpiza que terminó con la muerte de un presunto adicto, Juan Ramón González Vásquez. La víctima habría sido atacada por una deuda de drogas. Testigos aseguraron que Samudio y Luca’i huyeron del lugar y que la comisaría 2ª local intentó maquillar el caso como un accidente.
Días después, a finales de marzo, Samudio volvió a figurar en una denuncia por tortura y extorsión, junto a otros dos suboficiales. En ese caso, habrían secuestrado a un hombre usando un perfil falso en redes sociales y luego exigieron dinero a cambio de no remitirlo a la Fiscalía por supuesto tráfico de drogas. La denuncia fue elevada al Ministerio Público, pero hasta ahora no hubo sanciones ni separación del cargo.
La permanencia de Francisco Javier Samudio en la Policía, pese a los hechos que lo rodean, demuestra que este personal policial goza de protección de sus superiores. Mientras los casos se acumulan, el suboficial sigue uniformado, armado y con poder, bajo la aparente protección de un sistema que mira hacia otro lado.
