
Representantes de las unidades fronterizas de la Policía Federal (PF) de los estados brasileros de Paraná y Mato Grosso do Sul se reunieron en Foz de Yguazú, Brasil, para participar del Encuentro de Perfeccionamiento de Acciones Policiales en la Frontera. El objetivo del evento fue fortalecer el combate al crimen en la frontera con Paraguay, mediante la optimización de recursos humanos y materiales, la mejora de acciones operativas y el intercambio de información estratégica entre delegaciones.
El encuentro, que se realizó entre el 7 y 8 de abril, tuvo lugar en la sede de la Policía Federal de Foz y contó con la presencia de representantes de PF del estado de Paraná y Mato Grosso do Sul y jefes de las delegaciones de las ciudades fronterizas Cascavel, Guaíra, Maringá, Ponta Porá, Naviraí y Foz de Yguazú.
Desde la organización señalaron que este tipo de iniciativas son esenciales para mejorar la coordinación entre unidades y alinear estrategias de seguridad pública en una de las regiones más sensibles del país, marcada por el tráfico de drogas, armas, contrabando y otros delitos transnacionales.
“El compromiso con una actuación más integrada y eficiente en las fronteras es clave para enfrentar el crimen organizado. Espacios como este nos permiten compartir buenas prácticas y mejorar nuestras capacidades operativas”, destacaron los organizadores en un comunicado de prensa.
El encuentro forma parte de un plan mayor de la Policía Federal para reforzar la presencia y efectividad de sus operaciones en la frontera con Paraguay, una zona estratégica tanto por su ubicación geográfica como por la complejidad de los delitos que allí se registran.
ZONA CRÍTICA PARA EL CRIMEN ORGANIZADO
La región conocida como la Triple Frontera, que une Foz de Iguazú (Brasil), Ciudad del Este (Paraguay) y Puerto Iguazú (Argentina), es considerada un punto neurálgico para el tráfico de drogas, armas y mercancías ilegales. En los últimos años, ha sido foco de múltiples investigaciones que vinculan a organizaciones criminales de gran escala, como el PCC (Primer Comando Capital) de Brasil, con redes de distribución de marihuana que cruzan la frontera a través del lago Itaipu y el río Paraná.
Por esta región se mueve un gran volumen de marihuana procedente de Paraguay —el mayor productor de la región—, así como cocaína, en menor volumen, que llega desde Bolivia y Perú. También se detecta contrabando de cigarrillos, electrónicos y autopartes, además del blanqueo de capitales vinculado al narcotráfico.
Durante la pandemia, el cierre temporal de fronteras no detuvo el flujo ilegal de mercancías. Por el contrario, según autoridades brasileñas, el uso de puertos clandestinos y tecnología para evasión aérea aumentó.