
China anunció que aplicará aranceles del 34% a todas las importaciones de bienes de Estados Unidos a partir del 10 de abril como respuesta a los gravámenes de Washington a productos chinos. Además, el Ministerio de Comercio informó que impondrá controles de exportación a siete elementos de las tierras raras, entre ellos el gadolinio, que se utiliza para las resonancias magnéticas, y el itrio, utilizado en productos de electrónica de consumo.
En otro orden, la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (ACM) instó a Estados Unidos a “corregir sus acciones erróneas”. Afirmó que los aranceles “aumentarán aún más los precios de los automóviles e impondrán cargas adicionales a los consumidores de varios países, incluidos los estadounidenses, y tendrán un impacto negativo en la recuperación económica mundial”.
La nación asiática es uno de los principales exportadores de autopartes, muchas de las cuales se utilizan en talleres mecánicos. Por ejemplo, aproximadamente 6 de cada 10 autopartes utilizadas en talleres mecánicos estadounidenses se importan de México, Canadá y China. Se estima que los nuevos impuestos también encarecerán los automóviles importados a Estados Unidos en miles de dólares.
El viernes último, grupos industriales chinos criticaron duramente los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump. “La acción de Estados Unidos destruyó brutalmente el orden comercial normal entre EE.UU. y China, afectó gravemente la cooperación entre industrias globales y perjudicó considerablemente los derechos de los consumidores”, declaró la Asociación de la Industria Ligera de China, que representa los intereses de las empresas de manufactura ligera.