
La presencia de personas en situación de calle y con adicciones se ha convertido en un problema creciente en la Ciudad del Este, afectando a transeúntes, comerciantes y conductores. En particular, la zona de la avenida Pioneros del Este se ha visto afectada por el constante acoso que sufren los ciudadanos que esperan el transporte público o que simplemente transitan por el área.
Los afectados denuncian que los adictos, en su mayoría personas sin hogar, solicitan dinero de manera insistente, llegando en algunos casos a hostigar a los peatones y automovilistas. Esta situación también se extiende a las inmediaciones del Hospital Regional del Instituto de Previsión Social (IPS), donde familiares de pacientes han sido abordados en horas de la noche, en algunos casos sufriendo robos o asaltos.
A pesar de los operativos policiales y las detenciones realizadas en la zona del paseo central entre la avenida Monseñor Rodríguez y la Ruta PY02, el problema persiste. Muchos de los detenidos regresan a los mismos puntos poco después, lo que evidencia la falta de una solución efectiva para abordar el problema de raíz.
El miedo y la inseguridad han obligado a farmacias y otros negocios a operar detrás de rejas durante la noche, mientras que los ciudadanos exigen respuestas de las autoridades. Hasta el momento, ni la Municipalidad, ni la Gobernación de Alto Paraná, ni el gobierno central han implementado políticas públicas concretas para abordar la crisis.
El Ministerio de Salud Pública, por su parte, no reconoce oficialmente la adicción como una enfermedad dentro de sus políticas, lo que significa que no existen recursos asignados para el tratamiento de las personas afectadas. Actualmente, cualquier intento de rehabilitación depende exclusivamente de la voluntad del afectado, una situación que deja a muchos sin acceso a la ayuda que necesitan.