
Con la llegada del otoño, el Parque Nacional del Yguazú se convierte en un escenario de cambios visuales y climáticos que atraen a visitantes en busca de una experiencia única. Desde el 20 de marzo de 2025, cuando se inició oficialmente la nueva estación, la biodiversidad del parque ha entrado en transición, ofreciendo una gama de colores vibrantes y temperaturas más frescas que realzan la majestuosidad de las Cataratas del Yguazú.
Durante esta temporada, la flora del parque experimenta una transformación notable. La producción de clorofila en las hojas disminuye, dejando ver tonalidades de amarillo, naranja, rojo y púrpura. La caída de flores y hojas, combinada con el aumento de los vientos, aporta un encanto especial al paisaje.
Este cambio también influye en la fauna local, modificando el comportamiento de varias especies, como el tamandúa-bandeira, que ajusta su actividad según la temperatura, y los venados mateiros y bororó, que inician su temporada de apareamiento.
Por su parte, los reptiles reducen su actividad y buscan refugio, mientras que los cuatis, en su incansable búsqueda de alimento, continúan siendo una presencia común en los senderos del parque.
La llegada del otoño también trae consigo una oportunidad ideal para los amantes de la naturaleza y la fotografía. Con la disminución del número de visitantes tras la temporada de verano, las condiciones climáticas más amenas permiten recorrer los senderos con mayor tranquilidad.
Además, experiencias como la observación del amanecer y el atardecer sobre las Cataratas, donde los tonos cálidos del cielo se mezclan con los colores otoñales del follaje, convierten la visita en una experiencia inolvidable para quienes buscan conectar con la belleza natural del Iguazú.