
Los pacientes y familiares que acuden los fines de semana al Hospital Regional de Ciudad del Este denunciaron peleas de borrachos y desorden en ese lugar. Se compartieron fotos de cómo se utiliza una sala en construcción abandonada para sus dormitorios, además de videos de la riña entre ellos. Lamentan que no existan guardias de seguridad ni policías para controlar una zona muy concurrida; la subcomisaría 3ª está a la vuelta.
De acuerdo con los datos, cada fin de semana los patoteros se adueñan del predio del nosocomio y los pacientes y familiares permanecen bajo temor en ese ambiente. Desde hace mucho tiempo se lucha contra la invasión de presuntos adictos en el mismo centro asistencial, pero solo se logra apaciguar momentáneamente y luego se reinstalan como si nada hubiera pasado con rostros nuevos.
La sala cuestionada que se encuentra abandonada está entre el pabellón de Pronasida y el espacio de espera para los turnos de consultorios. En principio, se instaló en el predio de la Décima Región Sanitaria y luego se mudó por la nueva construcción que se está ejecutando actualmente en ese lugar. Se dijo que era un recinto para vacunación que no debió demorar para su habilitación; sin embargo, hace casi dos años está así y nunca se utilizó.
La mencionada obra es de material PVC la estructura, lo que significa que se puede trasladar de un lugar a otro sin mayor drama. Actualmente, no está en proceso de trabajo; la falta de control por parte de la fuerza del orden es aprovechada por indigentes para convertirla en su guarida. Deambulan por los alrededores del nosocomio y luego se ponen a dormir sin importarles que existan enfermos con estado delicado allí.
SEGURIDAD
La seguridad es un tema que siempre se pone en tela de juicio entre los que asisten al Hospital Regional; aparte de estar pendientes de sus familiares internados, también deben atender por sus pertenencias para no ser perjudicados por los marginales. Hace poco se anunció que la Dirección de Policía apoyaría con mayor presencia de los uniformados en lo que respecta a sus jurisdicciones, pero los fines de semana parece tierra de nadie los puestos de salud.
Los espacios vacíos que se descuidan en el mencionado centro asistencial son invadidos por indigentes que se juntan, se ponen a beber y fumar en grupos sin considerar el respeto que merecen los usuarios. La dirección del hospital no tiene rubros para contratar guardias de seguridad y, mientras tanto, la tensión aumenta en los que acuden al centro asistencial en busca de alivio para su salud.