Con cargo por homicidio doloso, la fiscal Carolina Gadea imputó a un joven que defendiendo a su madre de sistemática violencia familiar, ajustició a su padre la madrugada del viernes último en una vivienda del asentamiento Belén de Ciudad del Este. El parricida confeso, aplicó a su padre 51 puñaladas en varias partes de su humanidad, según confirmó el médico forense de la Fiscalía, Eduardo Cano.
La fiscal Gadea aplicó el artículo 105, inciso 1 y 2, numeral 1 del Código Penal, en concordancia con el 29 de la misma norma al ciudadano Jonathan David González Díaz, de 22 años, estudiante de la carrera de Instrumentación Quirúrgica, para quien solicitó al juzgado, medida cautelar de prisión preventiva. Los hechos se iniciaron la noche del jueves y tuvieron el trágico corolario la madrugada del viernes.
Perdió la vida, Víctor David González Quiñónez, de 44 años, quien acusó 51 estocadas que le provocaron shock hipovolémico producido por heridas de arma blanca.
VIOLENCIA SISTEMÁTICA
El procesado relató en la Dirección de Policía bajo detención preventiva, detalles del crimen, señalando que su padre agredía con mucha violencia a su madre y en reiteradas ocasiones tuvo que intervenir para evitar situaciones como la que finalmente protagonizó. Discutió con su padre y el joven fue atacado con un arma blanca recibiendo cortes superficiales en los brazos durante el forcejeo.
González Díaz desarmó a su progenitor y se las emprendió contra su humanidad, asestándole 24 heridas en el tórax, otras 24 en el cráneo y en diferentes partes de su humanidad, según dijo el médico forense Eduardo Cano, quien contabilizó 51 heridas en el cuerpo de la víctima. El fallecido se habría enervado porque su pareja abandonó la habitación conyugal y ocupó otro dormitorio en la misma vivienda.
El autor confeso del homicidio dijo que ya no pudo contenerse ante las nuevas agresiones contra su madre, por lo que enfrentó a su progenitor hasta acabar con su vida. Lamentó que la Fiscalía no actuó en su momento, ya que según dijo, existen tres sucesivas denuncias por violencia familiar en las unidades fiscales, probablemente sin diligencias.
LAMENTABLE
No sería el primer caso en que las unidades fiscales supuestamente especializadas se desentienden ante situaciones gravísimas en el ámbito familiar, que terminan de manera lamentable, como esta, en el asentamiento Belén, donde queda una viuda sin su pareja ni su primogénito, ante la desidia de ciertas agentes del Ministerio Público.
