
Un presunto comerciante identificado por la patente municipal colgada en una vitrina fue reconocido por una de sus víctimas, quien antes había denunciado ante la policía turística un hecho de extorsión y otro ocurrido en el interior del comercio el pasado 11 del corriente. entre las 14:50 y 15:00. El sujeto reside en el barrio Remansito, según los datos del citado documento utilizado para la imputación.
La carátula de la carpeta de investigación fiscal es de extorsión, tipificación aplicada contra Milder Ortiz Ávalos, mayor de edad, quien cuenta con antecedentes sobre hechos similares, según su prontuario policial. Se habría quedado con 4.000 dólares, propiedad del ciudadano boliviano Juan Carlos Berbetti Arce. Este, quien dijo haber llegado a buscar llantas para su camioneta y fue llevado por “pirañitas” a un comercio sin denominación.
El ahora procesado habría actuado junto a otro delincuente para sacar de la billetera del boliviano la suma de 4.000 dólares y ordenarle que se retire del lugar.
RECONOCIDO POR FOTOS
El extranjero, una vez sometido a los marginales, se ocupó de memorizar objetos que había en el interior del supuesto comercio de donde debería adquirir las llantas para su camioneta. Allí le pidieron la suma de 900 dólares por los cinco elementos que deberían ser entregados a Berbetti Arce en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, según declaró en la Fiscalía el pasado 13 del corriente, cuando reconoció al “patrón” del comercio.
Ortiz Ávalos cuenta con frondosa ficha policial, casi siempre denunciado por extranjeros sobre hechos de coacción y extorsión, como ocurrió el último 31 de enero, cuando fue privado de su libertad junto con otros tres cómplices. La frecuencia con que es denunciado lo convierte en cerebro de la acción marginal, pero pese a ello, la fiscalía y los juzgados de garantías no accionan con dureza en su contra.
ORDEN DE DETENCIÓN
El fiscal Gabriel Segovia habría ordenado la detención preventiva, una vez más, del delincuente que funge de comerciante para “timar” a incautos extranjeros, que son obligados a entregar buena parte de su economía a cambio de nada, ya que el modus operandi de sus supuestas ventas es el de entrega a domicilio, que nunca se cumple.
Con los elementos indiciarios colectados, la Fiscalía le aplicó a Ortiz Ávalos la autoría de extorsión y lo dejó a cargo del juzgado con pedido de arresto domiciliario.