Tras la denuncia presentada por el juez penal de garantías Carlos Vera Ruiz ante el Ministerio Público contra un brasileño que ingresó a Paraguay hace más de una década, y obtuvo dos cédulas de identidad con números y datos diferentes, pero con las fotografías y huellas dactilares idénticas, el fiscal Julio Paredes pidió informes a la Dirección General de Migraciones, Interpol, Identificaciones de la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT). Esto a raíz de que el sujeto supuestamente cuenta con 66 procesos en su país por robo, homicidio, tráfico de drogas y portación ilegal de armas. Sin embargo, entró a territorio paraguayo sin problema alguno y, como si fuera poco, obtuvo los documentos originales con datos falsos.
El hecho salió a la luz luego de que el propio extranjero intentara interponer un recurso de Hábeas Datas contra la Policía Nacional, con el patrocinio de la abogada Blanca Prieto de González en noviembre del 2024. Sin embargo, el magistrado rechazó la solicitud y, ante la gravedad del caso, remitió una copia del expediente judicial al Ministerio Público para una investigación exhaustiva.
El caso involucra a Robson Vargas Negri, quien según registros periodísticos cuenta con nada más y nada menos que con 66 procesos judiciales en Brasil, de los cuales 35 corresponden al Estado de Rio Grande do Sul y 23 al Estado de Paraná. A pesar de su extenso prontuario, logró ingresar a Paraguay y obtener documentación oficial con dos identidades distintas.
La investigación preliminar realizada por el magistrado refiere que, Vargas Negri ingresó al país con un documento expedido por la Dirección General de Migraciones, pero con el nombre de Robson Balbinotti Andretta, de 42 años, y con esta identidad falsa acudió a Interpol y luego a la oficina regional de Identificaciones, donde el 24 de junio de 2012 obtuvo su primera cédula de identidad paraguaya con el número de documento 7.153.317. En este documento figura como nacido el 6 de junio de 1982 en Formosa D’Oeste, Paraná, Brasil, de estado civil soltero, sin profesión, domiciliado en el edificio RYSA de Ciudad del Este, apartamento 33; hijo de Marcelo Andretta y Sueli Balbinotti. Además, en el sistema informático de la Policía aparece sin antecedentes penales.
OTRA CÉDULA
El 19 de diciembre de 2013, la misma oficina del Departamento de Identificaciones le otorgó otra cédula de identidad, esta vez con su verdadero nombre: Robson Vargas Negri, de 41 años, con el número 7.526.845. En este documento figura como nacido el 24 de septiembre de 1983 en Sertão, Rio Grande do Sul, Brasil, domiciliado en la colonia San Martín del distrito de Minga Porã, barrio San Roque, e hijo de Gilberto Negri y Janiamar Vargas Negri. Al igual que en la primera cédula, no constan antecedentes en su contra.
INVESTIGACIÓN
El fiscal Julio Paredes fue sorteado para investigar este caso y, como primera medida, solicitó informes al Comando Tripartito, Migraciones, Interpol e Identificaciones de la Policía Nacional. Con este paso, las pesquisas apenas están arrancando y cuando dichos informes sean contestados se podrá saber quién o quiénes son los responsables de que un brasileño de dudosa identidad y con frondosos antecedentes pudo obtener dos cédulas paraguayas con las cuales se mueve en todo el territorio nacional, pero no puede cruzar el Puente de la Amistad porque en su país tiene problemas judiciales.
Este caso es muy significativo, teniendo en cuenta que ambas cédulas del presunto delincuente contienen la misma fotografía y las mismas huellas dactilares, pero con datos completamente diferentes, lo que indica que posiblemente se utilizó documentación falsa o se manipuló deliberadamente los sistemas para falsear datos oficiales.
HASTA TRIBUTA EN EL PAÍS
Este caso desnuda la precariedad y la corrupción que existe en el sistema de Identificaciones de la Policía Nacional. Aprovechándose de esto, Robson Vargas Negri, con varios procesos en su país, se instaló en Paraguay y hace más de una década vive tranquilamente en la zona de Minga Porã, burlándose de todo el sistema judicial y policial del país. Como si todo fuera poco, el hombre con doble identidad hasta se pega el lujo de ser contribuyente de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT).
