
El empresario brasileño Rudi Ernesto Rheinheimer Junior avanza en el proceso de desestimación de la causa en su contra, luego de que las investigaciones demostraran que su expareja, la paraguaya Laura Ávalos Villalba, no pudo presentar pruebas que respalden su denuncia por violencia familiar. Según la defensa del procesado, la acusación tendría un trasfondo económico y sería un acto de venganza tras el fin de la relación entre ambos.
Rheinheimer Junior también presentó una denuncia contra Ávalos Villalba por apropiación y estafa, ya que ambos eran socios en una empresa de rastreo de vehículos. Ante estas acusaciones, la Fiscalía procedió a imputar a la mujer, quien, según la defensa del empresario, habría utilizado la denuncia de violencia como estrategia para desviar la atención de sus propios procesos judiciales.
El abogado del empresario, Oscar Tuma, manifestó su preocupación por el uso indebido de las denuncias de violencia familiar. “La supuesta víctima está imputada por estafa y trata de eludir su responsabilidad con denuncias falsas. Considero que la pena por denunciar falsamente un hecho de violencia contra la mujer debería ser elevada, ya que este tipo de acusaciones afectan la convivencia familiar y desacreditan a las mujeres que realmente sufren violencia”, expresó.
A pesar de que en Paraguay la denuncia contra Rheinheimer Junior se desmorona, Ávalos Villalba logró obtener una medida de protección en Brasil por los mismos hechos que había denunciado ante la justicia paraguaya. Como resultado, el empresario enfrenta otro proceso en el vecino país, lo que complica su situación legal.
El caso evidencia el uso de las denuncias de violencia familiar como herramientas de venganza o beneficio económico y la necesidad de fortalecer los mecanismos de control para evitar que este tipo de estrategias se utilicen para perjudicar injustamente a una persona.