En conversación vía chat, un ingeniero denunció haber sido torturado por unos cinco agentes de la subcomisaría 46ª del barrio San Juan, ocurrido en la madrugada de ayer. Se encontraba con un amigo en el shop de una estación de servicios, donde fueron abordados por patrulleros, quienes actuaron con mucha violencia, sin motivo alguno.
Resultaron víctimas del hecho el ingeniero Fernando Nicolás Britos Román, de 28 años, y su amigo Diego Lezcano, de 14. Los dos fueron privados de su libertad y trasladados directamente al calabozo de la subcomisaría. Los uniformados les exigieron la suma de G. 6.000.000 de para liberarlos, cuando eran alrededor de las 02:00 de ayer, y permanecieron esposados en el calabozo hasta cerca de las 03:30, según relató.
Britos Román habría sido forzado a abordar la patrullera y le aplicaron descargas eléctricas con una picana, mientras la víctima daba explicaciones sobre su detención.
IDENTIFICADOS
De los hechos habrían participado los suboficiales segundo Junior Ortiz y Juan Martínez, además de los suboficiales ayudante Cristhian Delgadillo y José Giménez, según la identificación lograda por los detenidos. La excusa final de los uniformados era que el ingeniero se encontraba borracho y habría evadido un control callejero, cuando en realidad se encontraba a escasos metros de su domicilio.
Ni siquiera realizaron la prueba de alcotest a los detenidos y menos aún figuraba el caso en el informe policial de la víspera. El joven refirió haberse comunicado con su esposa, quien consiguió prestada la suma de G. 2.000.000 que entregó a los suboficiales Ortiz y Martínez, los más violentos en todo momento.
Para ser liberados, los detenidos fueron nuevamente obligados a firmar un acta en la que constaba que ambos evadieron un control policial e ingresaron a la estación de servicios. Britos presentó las documentaciones de rigor, pero los policías los retuvieron hasta que su esposa consiga el dinero requerido. Ya liberadas, las víctimas fueron al rescate de las filmaciones de circuito cerrado de la estación de servicios.
En las imágenes, se observa punto por punto las acciones brutales emprendidas por los uniformados contra ellos. “Hoy me tocó a mí, mañana puede ser a cualquiera”, puntualizó el ingeniero al tiempo de confirmar la presentación formal de su denuncia en la Fiscalía.
