TIEMPO EN ALTO PARANÁ

Mientras Santi Peña “ya está mejor”, Alto Paraná sufre falta de gestión e inoperancia del Gobierno

Lujosa mansión en San Bernardino, propiedad del jefe de Estado, quien “ya está mejor” (Foto Abc Digital).

En un escenario marcado por el contraste entre los compromisos electorales y la realidad actual, el departamento del Alto Paraná se convirtió en el testimonio vivo del distanciamiento entre las promesas del presidente Santiago Peña y las acciones concretas de su administración. A casi dos años de haber asumido la presidencia, la población del décimo departamento sigue esperando las obras y mejoras prometidas durante la campaña electoral. Mientras tanto, el patrimonio del primer mandatario y su círculo cercano experimenta un crecimiento exponencial que levanta serios cuestionamientos.

El Alto Paraná, motor económico del país y zona estratégica para el desarrollo nacional, continúa enfrentando sus desafíos históricos sin que se materialicen las soluciones prometidas. Las principales obras de infraestructura siguen en el papel, los proyectos de desarrollo industrial no avanzaron, y la modernización del sistema educativo permanece como una asignatura pendiente.

Mientras las necesidades básicas de la población esperan respuesta, los números del patrimonio presidencial cuentan una historia diferente. De acuerdo con documentos oficiales, el presidente Peña pasó de declarar en 2017 un patrimonio de aproximadamente G. 1.000 millones, a reportar más de G. 23.000 millones en 2023, evidenciando un incremento patrimonial que supera los G. 22.000 millones en apenas seis años.

La administración actual del presidente de la República estuvo marcada por gastos que contrastan fuertemente con la austeridad prometida: Una mansión valuada en aproximadamente USD 2 millones en San Bernardino, uso frecuente de helicópteros de la Fuerza Aérea Paraguaya para traslados cotidianos, unos 37 viajes internacionales en el primer año y medio de gestión.

En tanto, los habitantes del departamento expresan su creciente preocupación ante la falta de avances concretos en áreas críticas como: Infraestructura vial, desarrollo industrial, mejoras en el sistema de salud, modernización educativa y seguridad ciudadana.

Durante su campaña, el presidente prometió la ampliación y modernización de las rutas existentes y la construcción de nuevas rutas, promoción de políticas para fortalecer el comercio en las ciudades fronterizas, especialmente Ciudad del Este, Presidente Franco, y Hernandarias, combate al contrabando y mejoras en los controles aduaneros para proteger a los comerciantes locales, planes para reducir las tarifas eléctricas en la región y atraer nuevas industrias; fortalecimiento de la Universidad Nacional del Este (UNE) mediante mayores recursos para infraestructura, investigación y programas académicos; construcción de nuevos hospitales y centros de salud en puntos estratégicos del departamento; incremento del número de agentes policiales y dotación de equipamiento moderno para combatir el crimen organizado en la región fronteriza; impulso a programas de apoyo para pequeños y medianos productores rurales, con acceso a créditos, capacitación y tecnología; revisión de las tierras malhabidas en la región para garantizar que se destinen a fines de Reforma Agraria, entre otros puntos, de los cuales no se cumplió siquiera el 5%, en casi dos años de gobierno.

FRACASO DEL PROGRAMA HAMBRE CERO EN ALTO PARANÁ

El Programa Hambre Cero, una iniciativa destinada a erradicar la desnutrición infantil en Paraguay, en 2024 solo llegó a tres distritos del Alto Paraná: Juan E. O´Leary, Itakyry y Ñacunday, siendo así un rotundo fracaso. El programa además sufrió retrasos en la implementación debido a problemas en el proceso de adjudicación. Supuestamente, este año el programa llegará al 100% de las escuelas del décimo departamento, es decir, unos 128 mil estudiantes se verían beneficiados, sin embargo, está visto que el proyecto aún enfrenta enormes problemas de logística y podría verse frustrado nuevamente.

PROMESAS Y REALIDAD

El contraste entre las promesas electorales y la realidad actual en el Alto Paraná pone de manifiesto una brecha cada vez más amplia entre el discurso oficial y las necesidades reales de la población. Mientras el patrimonio de las autoridades cercanas y del propio presidente Peña crece de manera exponencial, las obras y mejoras prometidas continúan en espera, generando un creciente descontento en uno de los departamentos más importantes del país.

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