TIEMPO EN ALTO PARANÁ

La persistente sombra de las letrinas: una deuda educativa que avergüenza

El inicio de un nuevo año escolar debería ser sinónimo de esperanza, de renovación del compromiso con la educación de nuestros niños y jóvenes. Sin embargo, una vez más, nos encontramos con una realidad que empaña este comienzo: la persistencia de las letrinas en numerosas escuelas del país. La promesa del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) de alcanzar la «letrina cero» para finales de 2024 ha quedado, lamentablemente, incumplida.

Según el informe periodístico, a pesar de los esfuerzos, un porcentaje significativo de instituciones educativas iniciará el ciclo lectivo 2025 con letrinas, especialmente en el interior del país. Si bien se reconoce un avance del 70% en la construcción de sanitarios adecuados, el 30% restante representa una deuda inaceptable. No se trata solo de números, sino de la calidad de la educación que estamos ofreciendo a nuestros estudiantes.

La existencia de letrinas en las escuelas no es simplemente un problema de infraestructura. Es un atentado contra la dignidad de los alumnos y docentes, una barrera para el aprendizaje en un ambiente higiénico y saludable. ¿Cómo podemos hablar de calidad educativa cuando las necesidades básicas no están cubiertas? ¿Qué mensaje transmitimos a los niños cuando les exigimos rendimiento académico en condiciones tan precarias?

El MEC argumenta avances y la aprobación de nuevos fondos para la mejora de infraestructuras, incluyendo sanitarios. Sin embargo, las promesas incumplidas generan desconfianza y evidencian una falta de planificación y ejecución efectiva. No basta con anunciar intenciones; se necesitan acciones concretas y resultados tangibles.

Esta situación exige una profunda reflexión y un compromiso real por parte de las autoridades. No se puede seguir postergando una solución que afecta directamente el bienestar y el desarrollo de nuestros estudiantes. La «letrina cero» no debe ser una meta postergada indefinidamente, sino una prioridad urgente.

Es fundamental que el MEC rinda cuentas de manera transparente sobre el uso de los recursos destinados a infraestructura escolar, y que se establezcan mecanismos de control y seguimiento para garantizar el cumplimiento de los plazos. La comunidad educativa, los padres, los docentes y la sociedad en general deben exigir respuestas y soluciones.

La persistencia de las letrinas en las escuelas es un símbolo de la desigualdad y la falta de inversión en la educación pública. Es una mancha que avergüenza a nuestro sistema educativo y que debemos erradicar de una vez por todas.

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