
El Gobierno de Brasil anunció la extensión de la presencia de los agentes que conforman la unidad “Fuerza Nacional” en la región Foz de Yguazú por un periodo adicional de 90 días. Se trata de un refuerzo adicional que se suma al contingente local de seguridad, con el objetivo de intensificar las acciones de combate a los crímenes transfronterizos en esta región que conecta Brasil, Paraguay y Argentina.
La medida fue oficializada el pasado viernes a través del Diario Oficial de la Unión y forma parte de una resolución emitida por el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública. Con esta decisión, la presencia de la fuerza federal en la zona fronteriza se mantendrá hasta mayo de 2025.
Este contingente brinda apoyo al Centro Integrado de Operaciones de Frontera (CIOF). Según lo detallado por el ministerio, esta iniciativa busca fortalecer las acciones de seguridad y combatir delitos como el tráfico de drogas, contrabando y otros ilícitos que afectan la región.
“El objetivo principal es contribuir al refuerzo de la seguridad y a la lucha contra los crímenes transfronterizos”, afirmó el comunicado del gobierno brasileño. Además, se especificó que la Fuerza Nacional colaborará en actividades relacionadas con la policía judicial y técnico-científica para garantizar la preservación del orden público.
El apoyo logístico del gobierno local, encargado de proporcionar parte de la infraestructura necesaria para el despliegue de la Fuerza Nacional, preparará una serie de intervenciones, no especificadas aún, de combate al contrabando y el narcotráfico. Por su parte, el contingente que participará en estas acciones seguirá el plan establecido por el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.
La región de Foz de Yguazú, conocida como la Triple Frontera, es una de las zonas más estratégicas para Brasil en términos de seguridad, debido a su posición geográfica y la constante circulación de bienes y personas entre los tres países. Esta prórroga refuerza la importancia de mantener esfuerzos coordinados para garantizar la seguridad y combatir los delitos que afectan a esta región fronteriza.
SENSIBLE
La región de las Tres Fronteras sigue siendo un epicentro de actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico. Esta zona estratégica, marcada por la intensa circulación de personas, bienes y dinero, se enfrenta a grandes retos en materia de seguridad y control fronterizo. Si bien los números del año pasado revelan grandes incautaciones, el problema sigue.
En el cruce entre Ciudad del Este, Foz de Yguazú y Puerto Yguazú (Argentina), el movimiento transfronterizo facilita tanto el comercio legítimo como las operaciones clandestinas. Entre las mercancías más contrabandeadas se encuentran cigarrillos, productos electrónicos, prendas de vestir y agroquímicos, mientras que el narcotráfico sigue siendo una de las mayores preocupaciones, con el tráfico de marihuana y cocaína liderando la lista de drogas que circulan por la región.
La geografía de la zona, que incluye los ríos Paraná e Yguazú, y aguas arriba el lago Itaipu, es un desafío para los tres países. Estas condiciones favorecen la creación de rutas clandestinas utilizadas por organizaciones delictivas para el transporte de mercancías y estupefacientes.
El contrabando, especialmente de cigarrillos fabricados en Paraguay, se ha convertido en una economía paralela, debido a la distribución masiva de productos en el Brasil, donde el producto es requerido por su alta calidad y bajo costo. Por otro lado, el narcotráfico, con conexiones que se extienden desde países productores como Bolivia y Colombia, convierte a esta región en un punto de tránsito clave para el envío de drogas hacia Brasil, el principal consumidor de la región, y mercados internacionales.