Vecinos del kilómetro 10, lado Monday, en Ciudad del Este, se encuentran alarmados y molestos por la extracción de tierra que, según afirman, está siendo realizada por un camión supuestamente perteneciente a una ferretería del barrio. El hecho ocurre en un camino vecinal ubicado a unos 3 kilómetros de la Ruta PY02, cerca de la granja San Carlos, y se ha convertido en una problemática que inquieta a los frentistas afectados.
Desde la semana pasada, los vecinos han reportado que un camión realiza maniobras frecuentes en la zona, retirando grandes cantidades de tierra del camino. Este acto no solo ha causado indignación, sino que también ha sido calificado como irregular por los residentes, quienes argumentan que el daño al camino vecinal podría afectar la transitabilidad y la infraestructura vial del barrio.
“Esto nunca antes había pasado en nuestra comunidad. No entendemos cómo alguien puede apropiarse de un bien que pertenece a todos los vecinos y utilizarlo de esta manera”, comentó uno de los afectados, quien prefirió mantener su identidad en reserva.
Los vecinos aseguran haber reclamado al responsable de la acción y que éste les respondió que vayan a “llorarle” a la Municipalidad. Asegurando que no tiene “miedo” a la acción de la institución municipal, adelantando que seguirá sacando tierra de la calle.
“Ojalá, gente de la Municipalidad vea nuestra denuncia y proceda a intervenir como corresponde, porque lejos de parar, el camión sigue operando como si nada estuviera ocurriendo. Esto es algo completamente irregular y esperamos que las autoridades tomen cartas en el asunto”, expresó otro vecino.
Los afectados han decidido denunciar el caso a los medios de comunicación y a través de las redes sociales a fin de visibilizar el inconveniente y ejercer presión pública. Confían en que esta estrategia motive a las autoridades locales a intervenir y detener la extracción antes de que los daños sean irreparables.
El camino vecinal afectado es un punto de conexión importante para los residentes. La extracción de tierra podría debilitar la estructura vial, comprometiendo su uso y generando costos adicionales para la reparación en el futuro. “Si el camino queda destruido, ¿quién se va a hacer cargo? Nosotros somos los principales perjudicados, porque dependemos de esta vía para nuestro día a día”, señaló otro de los frentistas.
