
Están en marcha los trabajos para la construcción de 42 lomadas inclusivas destinadas a mejorar la seguridad vial frente a 24 instituciones educativas de Ciudad del Este. Este ambicioso proyecto, aprobado por la Junta Municipal a finales del año pasado, busca garantizar un cruce seguro para peatones, incluyendo personas con movilidad reducida. Sin embargo, las críticas por el elevado costo de las obras generaron dudas en la bancada opositora del legislativo.
Con la firma unipersonal Elvio Mareco Barrientos como adjudicataria, las obras han implicado el cierre temporal de varios tramos clave de la ciudad, generando incomodidades entre los conductores.
Según los datos, las lomadas están diseñadas para facilitar el cruce en sillas de ruedas, un modelo inspirado en los reductores de velocidad implementados en Foz de Yguazú. El objetivo principal es priorizar la seguridad de los estudiantes y de la comunidad en general, particularmente en zonas de alto tránsito frente a escuelas y colegios.
El costo promedio de G. 28 millones por lomada ha desatado fuertes cuestionamientos, especialmente desde la bancada colorada. En su momento, el concejal Richard Alfonso (ANR, cartista) denunció que el precio supera al de otras municipalidades, donde este tipo de obras cuesta alrededor de G. 15 millones. El edil Ernesto Guerin (ANR, cartista) también se mostró crítico, señalando que no es “lógico que en algunos puntos se paguen G. 32 millones y en otros hasta G. 86 millones”.
Desde la bancada oficialista, el concejal Pedro Acuña (YoCreo) argumentó que los costos reflejan especificaciones técnicas avanzadas. Dijo que se tomó como referencia el precio del reductor en el multiviaducto del kilómetro 7, financiado por Itaipu Binacional. “Es un diseño complejo que incluye materiales de alta calidad, desagües y asfalto parcial”.
La proyectista Alison Anisimoff detalló que la anchura de las lomadas, en algunos casos de tres metros, y la cobertura de avenidas dobles también influyen en el presupuesto. «No es un trabajo estándar; está pensado para cumplir con normas de accesibilidad y seguridad. Las especificaciones técnicas fueron aprobadas por Contrataciones Públicas, lo que garantiza que se ajustan a las normativas», señaló.
Agregó que algunas lomadas cubrirán avenidas dobles, lo que incrementa los costos. “Hay que tener en cuenta que cada calle tiene una anchura diferente. En el caso del Don Bosco es doble y de avenidas anchas, mientras que la del Santa Teresa es mucho más angosta. Además, Contrataciones Públicas no te va a aprobar ninguna licitación si no está en condiciones”.
Mientras sigue la duda, las obras avanzan y las molestias por los desvíos son temporales. Se espera que los reductores concluyan antes del inicio de las clases.