Desconocidos robaron una camioneta estacionada sobre la calle Arturo Garcete esquina Eugenio A. Garay del barrio Obrero de Ciudad del Este. El hecho ocurrió entre las 21:20 y las 22:00 del miércoles, según la víctima, quien además lamentó que dentro de la camioneta estaba un costoso drone y una cámara fotográfica profesional valuada en USD 7.500. Pese al cerco policial, el rodado no pudo ser recuperado y las pesquisas continúan.
Se trata de una camioneta Hyundai Santa Fe, año 2010, de color negro, con matrícula AARC 536, propiedad de Osvaldo Ayala Caballero (41), un productor audivisual de revista “Creativa Rural”, quien, según los datos, estacionó su vehículo en la vía pública mientras realizaba compras y cenaba en la feria de hortigranjeros. Al regresar una hora después, se percató de que la camioneta ya no se encontraba en el lugar donde la había dejado.
Dentro del vehículo robado, Ayala reportó que estaban varios documentos importantes, entre ellos la cédula verde y la habilitación municipal del rodado. Además, el habitáculo contenía equipos de trabajo, como un drone, una cámara profesional de la marca Nikon valuada en USD 7.500 dólares y dos memorias de 1 terabyte cada una.
La denuncia fue radicada en la comisaría 3ª del barrio Obrero y de inmediato se impartió captura por el vehículo a través del Sistema de Emergencias 911, sin embargo, pese al rápido cerco policial, el rodado no pudo ser ubicado.
Agentes del Departamento de Investigaciones se encuentran trabajando en las averiguaciones para dar con los responsables del robo.
ZONA ROJA
La feria hortigranjera del barrio Obrero se ha convertido en una zona roja donde reina la inseguridad y el temor entre los vecinos y comerciantes. Indigentes y nativos deambulan las 24 horas por las calles del sector, consumen drogas a la vista de todos y están dispuestos a cualquier cosa, según denuncian los lugareños.
A diario, se registran asaltos y otros hechos delictivos, lo que ha generado un clima de constante preocupación. La falta de presencia policial efectiva en la zona ha sido motivo de reiteradas quejas por parte de los afectados, quienes aseguran que la Policía no interviene, a pesar de los constantes episodios de violencia.
Los vecinos exigen mayor vigilancia y patrullajes en el área para devolverles la tranquilidad. Mientras tanto, la feria, que debería ser un lugar de encuentro y comercio, sigue sumida en el desamparo y la inseguridad.