La temporada 2024 pasará a la historia como el año en que se celebró el primer torneo oficial de la Liga Ñacundayense de Fútbol, una competencia que no solo marcó un hito en el deporte regional, sino que también representó el esfuerzo de muchos actores claves de la zona sur del Alto Paraná por fortalecer y promover el fútbol local.
Este certamen, que rindió homenaje al presidente de la UFI, Oscar Ramírez, y al destacado comunicador y deportista Sandro Adriano Bravo, se consolidó como un evento de gran significado para los habitantes de la región. No solo como un torneo de fútbol, sino como una plataforma para la unión de las comunidades y un medio de expresión de la pasión por este deporte.
Una de las historias más destacadas de esta primera edición fue, sin lugar a dudas, la arrolladora actuación del club Guaraní de Ita Vera, que no dejó espacio para sorpresas y se coronó campeón en todas las categorías. Este dominio sin precedentes del equipo de Guaraní refleja tanto su calidad futbolística como el trabajo constante que se realiza a nivel local en cada una de sus divisiones.
En la categoría Senior, a pesar de haber comenzado con un marcador desfavorable, Guaraní logró dar vuelta el resultado con un 2-1 ante Paranambú, equipo que igualmente tuvo una destacada actuación, alzándose con el subcampeonato. En el fútbol femenino, las jugadoras de Guaraní impusieron su superioridad ante Deportivo Irala, alzándose con el título tras dos victorias contundentes (2-0 en ambos partidos). La categoría Juvenil no fue la excepción, con una victoria por 1-0 y 3-1 ante Deportivo Itaipyte, que selló el dominio total del club.
La final de Primera división fue el epílogo de una jornada emocionante, donde tras empatar 2-2 en la ida contra Lomas Valentinas, Guaraní selló su victoria con un claro 4-1 en el partido de vuelta. Con este triunfo, no solo cerró con broche de oro una temporada brillante, sino que también se convirtió en el primer campeón de esta prometedora liga, presidida por César Delgado.
El evento, celebrado ante 2,000 espectadores en el Estadio Municipal de Puerto Irala, no solo mostró el talento de los equipos, sino también la fuerza del fútbol como motor de cohesión social en la región. Este torneo inaugural se perfila como un pilar fundamental para el desarrollo del deporte en el Alto Paraná, y marca el inicio de una era en la que el fútbol local continuará ganando protagonismo.
