Tras un largo período de niveles bajos, el río Paraná recupera su cota normal en la zona de la Triple Frontera. Desde el 26 de noviembre, el nivel del agua ha superado los 10 metros de forma sostenida, alcanzando el pasado 6 de diciembre una altura de 13,19 metros, según los registros de la Dirección de Meteorología e Hidrología. Esta semana, se mantuvo en un promedio de 12,65 metros, permaneciendo dentro de los parámetros normales para esta época del año.
El puesto de medición, ubicado en el Puente de la Amistad, que une Ciudad del Este (Paraguay) con Foz de Yguazú (Brasil), reportó la estabilización del caudal, lo que trae alivio a los sectores productivos y logísticos que dependen del río. Este repunte, que se produce tras siete meses de niveles bajos, es atribuido a factores climáticos y a la liberación de agua en algunas represas situadas aguas arriba.
El regreso de la normalidad en el caudal del Paraná permite la reactivación de las operaciones de navegación en la región. Actualmente, no existen restricciones para la circulación de embarcaciones en la Triple Frontera, lo que beneficia a los dos puertos clave de la zona.
En Presidente Franco, el puerto que recibe barcazas con carga de combustible funciona con normalidad, garantizando la llegada de insumos vitales para la región. De igual forma, en Nacunday, el puerto granelero, que opera principalmente en época de cosecha, se mantiene preparado para recibir embarcaciones en las próximas semanas.
Otro elemento clave es la operación de la balsa que conecta Presidente Franco con Puerto Yguazú (Argentina). Este servicio, esencial para el transporte de vehículos, personas y mercancías entre ambos países, se encuentra plenamente operativo, beneficiando a comerciantes, turistas y transportistas que transitan por esta vía.
El informe hidrológico de la Itaipu Binacional señala que la cota del río podría experimentar un aumento de hasta 2 metros en los próximos días. Esta proyección es alentadora para la actividad fluvial, ya que, en los últimos meses, la navegación en la región se había visto afectada por la bajante prolongada, que limitó la capacidad de carga en las barcazas e incrementó los costos logísticos.