La cotización del dólar alcanzó ayer un máximo de 6,05 reales en Foz de Yguazú y Ciudad del Este, un fenómeno que refleja las tensiones económicas en Brasil. Este repunte, atribuido a la incertidumbre generada por el anuncio de medidas fiscales y recortes de gastos del gobierno brasilero, impacta en la dinámica económica de la frontera.
El precio del dólar mostró fluctuaciones entre las casas de cambio de Foz de Yguazú, dependiendo del tipo de transacción. Las cotizaciones iban de 5,85 a 6,05 reales. En Ciudad del Este, las casas de cambio mantuvieron precios ligeramente más competitivos entre 6 y 6,03 reales para la venta.
Estas cifras, actualizadas constantemente, reflejan la volatilidad del mercado y el impacto de las decisiones económicas tanto locales como internacionales. El alza en el dólar responde a una combinación de tensiones internas y externas. En Brasil, la incertidumbre sobre la implementación de recortes fiscales ha generado desconfianza entre los inversores, debilitando al real.
A nivel global, el fortalecimiento del dólar frente a otras monedas, las fluctuaciones en el precio del petróleo y la incertidumbre económica internacional han contribuido a este escenario.
El encarecimiento del dólar golpea directamente a la economía de la frontera. En Ciudad del Este, que depende del turismo de compras brasileño, el menor poder adquisitivo de los consumidores del vecino país ya se traduce en una reducción en las ventas. Con cada subida del dólar, las márgenes de ganancia se reducen, y muchos clientes prefieren no comprar.
Por su parte, los residentes de Foz de Yguazú también enfrentan un impacto, ya que el aumento del dólar reduce la capacidad de compras de los brasileños, que vienen de otros estados a comprar en Ciudad del Este y a utilizar la cadena de servicios que ofrece Foz, que van de hoteles, restaurantes, atracciones turísticas y compras en las tiendas francas.
Economistas anticipan que las oscilaciones del dólar continuarán en las próximas semanas, dependiendo de las decisiones fiscales del gobierno brasileño y de la dinámica de los mercados globales. Mientras tanto, comerciantes y consumidores en la frontera ajustan sus estrategias para enfrentar este panorama incierto a las puertas de fin de año.
La cotización del dólar, más que un indicador financiero, se ha convertido en un termómetro de la estabilidad económica en la región. En una frontera donde cada transacción cuenta, cada centavo fluctúa con el peso de las decisiones políticas y las tensiones globales.