Agentes de Inteligencia de la Policía Nacional que realizaban pesquisas en la zona de trayecto de la banda que voló la sucursal Bancop y se alzó con G. 2.850 millones, hallaron dinamitas bajo el puente que cruza sobre el río Ñacunday. Los explosivos fueron colocados estratégicamente para destruir la pasarela y obstaculizar el paso ante una posible persecución policial. Sin embargo, al no requerir ese recurso, abandonaron el artefacto sin detonar. La situación generó una inmediata movilización de las autoridades, quienes procedieron a acordonar el área para garantizar la seguridad de los intervinientes
DISPOSITIVO ACTIVO Y DE ALTO RIESGO
El hallazgo de los explosivos que, según los primeros análisis estarían activos, ha encendido las alarmas en la región. Equipos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) llegaron al lugar para intentar desarmar la bomba con procedimientos especializados. Se estima que el dispositivo contiene suficiente carga para causar serios daños estructurales al puente y a su entorno. El descubrimiento de las dinamitas refuerza la hipótesis de que el asalto al banco fue meticulosamente planeado. La fuga fue ejecutada con precisión y gran despliegue logístico, evidenciando que la banda contaba con un plan de escape alternativo que incluía volar el puente si fuera necesario.
El hallazgo de los explosivos generó preocupación entre los habitantes de la zona afectada, quienes temen que este tipo de hechos violentos se convertirán en algo recurrente. Organizaciones civiles han solicitado a las autoridades que se fortalezcan las medidas de seguridad en la zona, especialmente en infraestructuras claves como puentes, rutas y entidades financieras.