La gestión del intendente de Minga Guazú, Diego Ríos (ANR, ex YoCreo), destaca más por los cuestionamientos que por sus logros. En un movimiento que algunos consideran descarado, Ríos utilizó la entrega de un mamógrafo al hospital distrital, financiado por Itaipu y gestionado por la ministra de Salud, María Teresa Barán, como una plataforma para promocionar solapadamente su reelección. El jefe comunal es uno de los más cuestionados de Alto Paraná, con decenas de denuncias por irregularidades y corrupción, que pararon en el “freezer”, tras su retorno al Partido Colorado, de la mano del cartismo.
La administración de Ríos, quien retornó a la ANR para “salvarse” de las denuncias que lo estaban por llevar a la destitución del cargo, se caracteriza por la falta de transparencia. Desde enero de 2024, el portal oficial de la Municipalidad permanece desactualizado, dejando a los ciudadanos sin acceso a información clave sobre el manejo de los recursos públicos. Esta situación viola la Ley 5282/14 “De libre acceso ciudadano a la información pública y transparencia gubernamental”.
Pese a las constantes denuncias de la Contraloría Ciudadana de Minga Guazú (CCMG) y los pedidos formales ante la Junta Municipal y la Contraloría General de la República, las autoridades no han tomado acción. El incumplimiento de Ríos en rendir cuentas no solo refleja ineficiencia, sino también una actitud de encubrimiento ante posibles irregularidades. Sin embargo, el cuestionado jefe comunal ahora no desaprovecha ninguna oportunidad para convertir cualquier acto, como la entrega de un mamógrafo al hospital distrital de Minga Guazú, en plataforma para promocionar su candidatura.
Otro aspecto crítico de su gestión es la protección a funcionarios cuestionados, como Salomón Medina, acusado de extorsionar a familiares de fallecidos para asignar lugares en el cementerio municipal. A esto se suman constantes préstamos de la Municipalidad para cubrir deudas, salarios y pagos a proveedores, lo que ha generado sospechas de corrupción. Sin embargo, el retorno de Ríos al Partido Colorado parece haber blindado su administración de denuncias, ya que sus antiguos detractores en la Junta Municipal ahora son sus aliados.
La repentina “preocupación” del intendente por su comunidad es evidente. Tras años de indiferencia, Ríos ahora organiza ferias de empleo, se reúne con jóvenes y líderes comunitarios, y promueve audiencias públicas. Este cambio, que coincide con sus aspiraciones de reelección, no ha convencido a muchos mingueros, quienes recuerdan las decisiones polémicas de su administración, como el intento de arrendar un terreno municipal de 10 hectáreas para un vertedero intermunicipal, a cambio de la irrisoria suma anual de G. 10 millones.
GESTIÓN MARCADA POR ESCÁNDALOS
La falta de transparencia, las denuncias de corrupción y los actos de proselitismo disfrazados de gestos de gestión pública han definido el mandato de Diego Ríos. Su retorno al Partido Colorado estuvo marcado por una celebración cuestionada, que habría sido financiada con fondos municipales, mientras la comunidad de Minga Guazú enfrenta serias carencias.
Para muchos, el acto de entrega del mamógrafo al hospital distrital no fue más que un espectáculo con aspiraciones políticas. En lugar de celebrar un avance en salud, los ciudadanos de Minga Guazú ven esta acción como una estrategia de un intendente que, tras años de opacidad, ahora busca redimirse para perpetuarse en el cargo.