El caos en el tránsito vehicular en Ciudad del Este es una de las principales preocupaciones de sus habitantes, de acuerdo con un reciente estudio realizado por estudiantes de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional del Este (UNE). Los resultados revelan una percepción negativa predominante respecto al tráfico, el estado de las calles y la calidad del transporte público, reflejando el descontento de una ciudadanía que lidia con esta problemática en su día a día.
La encuesta, realizada entre agosto y octubre de este año, abarcó 38 de los 44 barrios de la ciudad y contó con la participación de 1.140 personas. Según los resultados, el 62% de los encuestados calificó el tráfico vehicular como “malo” o “muy malo”, mientras que solo el 2% expresó una opinión positiva.
Los principales puntos críticos se encuentran en la zona céntrica y los barrios aledaños, donde la circulación se torna caótica en las horas pico. Este fenómeno no solo genera molestias a los conductores, sino que también afecta a los peatones y al comercio local.
El transporte público, una alternativa para mitigar el caos vehicular, tampoco cuenta con una valoración favorable por parte de la ciudadanía. De los encuestados, el 49% indicó que utiliza este servicio, pero las opiniones sobre su calidad están divididas: un 32% lo calificó como “bueno”, frente a un 31% que lo consideró “malo” y un 12% que lo describió como “muy malo”.
Una excepción destacada son los usuarios de los buses eléctricos gestionados por la Municipalidad, quienes otorgaron una calificación de “muy bueno” al servicio en un 7%. Sin embargo, esta mejora puntual contrasta con la insatisfacción generalizada en el resto de la ciudad.
El estado de las calles y avenidas también representa un motivo de reclamo. Mientras el 45% de los encuestados considera que la infraestructura vial es “buena”, un 37% la califica como “mala” y el 8% como “muy mala”.
En la áreas habitacionales de Itaipu, donde predominan los adoquinados antiguos y mal mantenidos, se registra un mayor nivel de descontento. Estas condiciones no solo dificultan el tránsito, sino que también incrementan el desgaste de los vehículos y el riesgo de accidentes.
