Ciudad del Este está a punto de recuperar uno de sus iconos más recordados: la “Rotonda Reloj”, que en los años 80 y 90 simbolizó la prosperidad de esta zona fronteriza. Con una oferta de G. 199.325.327, la empresa J&R Constructora, de Juan Ramón Doldán, fue adjudicada por la Municipalidad para llevar adelante la obra que busca devolverle a la ciudad el emblemático espacio que, por décadas, fue referencia y orgullo de la capital altoparanaense.
La licitación para la reconstrucción de la rotonda céntrica fue convocada por la Municipalidad. La propuesta de J&R Constructora se impuso en el proceso de selección, en el que también compitió la firma Estructura, de Elvio Mareco Barrientos, con una oferta de G. 197.470.150. Sin embargo, la propuesta de esta última fue descalificada debido a la falta de un documento como la certificación de firma notarial, requisito establecido por el comité de evaluación, conformado por Flaminio Medina, Alfredo Ramírez y Juan Martínez.
La restauración de la “Rotonda Reloj” se enmarca en el programa “Iconos CDE”, una iniciativa impulsada por la Municipalidad para recuperar y crear espacios que reflejen la identidad de la ciudad. Este proyecto, llevado a cabo por la Dirección de Turismo e Historia, busca rescatar elementos emblemáticos del pasado de Ciudad del Este, basándose en el diseño innovador y la participación comunitaria. El concepto de “Iconos CDE” incluye también otros espacios de memoria e identidad urbana, concebidos en colaboración con jóvenes arquitectos y estudiantes de la región.
La “Rotonda Reloj” fue instalada en 1985, en plena época dorada del comercio esteño, cuando la ciudad era conocida como Puerto Presidente Stroessner. Financiado por comerciantes locales, el reloj se erigía sobre una torre de concreto en forma de tres puntas, que representaban simbólicamente la Triple Frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina. Con su imponente estructura, ubicada en el microcentro, marcaba el tiempo y, al mismo tiempo, se convirtió en un punto de referencia y encuentro para quienes transitaban por el ajetreado circuito comercial.
El historiador Cristian Benítez explica que el reloj fue durante muchos años una referencia y un símbolo de la pujanza de la región. “Nosotros no nos guiábamos por números o direcciones, sino por nombres de negocios y sitios emblemáticos, y el reloj se convirtió en un punto de referencia para propios y extraños”, recuerda.
Con el rediseño urbano de 1997, el reloj fue retirado y permaneció en desuso hasta que fue rescatado por el Museo El Mensú, donde se exhibe hasta hoy como una pieza histórica. A lo largo de los años, este símbolo del pasado fue quedando en el olvido, hasta que la administración actual decidió revitalizarlo como parte de un plan de recuperación de elementos identitarios de la ciudad.
El proyecto de la nueva “Rotonda Reloj” recibió un impulso con la donación de un reloj gigante de la marca Bulova, realizada por Michael Benavente, director general de la compañía, Alfredo Ramos, vicepresidente para América del Sur y Central, y Vicente Acosta, gerente de la firma paraguaya Tiempo de Relojes S.A. Esta contribución permitirá que el renovado símbolo continúe marcando la hora de la capital departamental.