El Gobierno de Argentina autorizó la operación de una balsa entre Domingo Martínez de Irala, Alto Paraná, y Puerto Libertad, provincia de Misiones. Se trata del último paso para que el nuevo transporte fluvial empiece a realizar la travesía sobre el río Paraná. La embarcación tiene una capacidad para transportar 30 vehículos, mientras que la inversión asciende a unos USD 3 millones. Este proyecto traerá beneficios para los habitantes de la zona, como una mayor conectividad, el fomento del turismo y nuevas oportunidades de empleo.
Alberto Almada, vecino y exconcejal de Puerto Irala, destacó que este logro es el resultado de décadas de gestiones y trámites burocráticos entre el sector público y privado. “Desde hace más de 25 años venimos trabajando para concretar este cruce”, afirmó, al resaltar la importancia de mejorar la conectividad y el desarrollo económico de la región.
Comentó que el pasado viernes se llevó a cabo el lanzamiento del remolcador en el río Paraná, un importante paso para la puesta en marcha del servicio. Ahora, solo resta la botadura de la propia embarcación a fin de completar el proceso. “Gracias a las gestiones realizadas a través de la Cancillería nacional, ya contamos con la resolución que nos autoriza a operar este servicio. La aprobación del Gobierno argentino, que siempre fue nuestra principal preocupación, es un requisito fundamental para poder operar”, alegó.
Almada recordó que la Marina Mercante y la Cancillería presentaron la documentación requerida el pasado 17 de septiembre, y en tiempo récord se obtuvo la autorización correspondiente. “Si bien aún resta tramitar algunas cosas, como los seguros de pasajeros y de la embarcación, estos son más ágiles”, acotó.
Respecto a la habilitación de la balsa, sostuvo: “Estamos a la espera de la fecha oficial de inauguración del cruce, un evento que contará con la presencia de autoridades nacionales, departamentales y locales, así como de invitados especiales. Estimamos que esta ceremonia se realizará en las próximas semanas”.
La embarcación de 52 metros de largo por 12 de ancho, con capacidad para 130 pasajeros y 30 vehículos, fue construida por la empresa brasilera Macuco Eco Aventura, reconocida por sus operaciones en la región. Con una inversión de USD 3 millones, esta infraestructura cumple con los más altos estándares de seguridad, garantizando un viaje confortable y seguro para todos los usuarios.