Solo uno de cada diez estudiantes universitarios en Paraguay logra graduarse, según la Encuesta Nacional a Estudiantes de Educación Superior (ENEES) 2024. Este alarmante dato, que contrasta con el promedio latinoamericano (cinco de cada diez), revela una crisis en el acceso y permanencia en la educación superior del país.
Los principales motivos detrás de esta alta tasa de deserción son económicos y laborales. El elevado costo de las matrículas, que pueden equivaler a un salario mínimo, obliga a muchos estudiantes a trabajar a tiempo parcial o completo, lo que impacta negativamente en su rendimiento académico. A esto se suma la falta de un sistema de becas y ayudas financieras robustas que permita a los estudiantes concentrarse en sus estudios sin tener que preocuparse por cuestiones económicas.
La encuesta también revela una marcada desigualdad en el acceso a la educación superior. El 70% de los estudiantes asiste a instituciones privadas, lo que limita las oportunidades para aquellos con menos recursos. La necesidad de ampliar la oferta de universidades públicas y de implementar políticas de inclusión se vuelve cada vez más urgente.
Ante este panorama, el Gobierno debe implementar una serie de medidas para combatir la deserción universitaria. Entre ellas se encuentran la ampliación de programas de becas, la creación de créditos estudiantiles y la revisión del sistema de aranceles. Sin embargo, es fundamental que estas iniciativas se complementen con políticas a largo plazo que garanticen la calidad y accesibilidad de la educación superior para todos los paraguayos.