Como de costumbre, figuras políticas de dudosa capacidad profesional son nombrados a dedo para ocupar a altos cargos públicos gracias a su afinidad con el partido de Gobierno, sin méritos que justifiquen su nombramiento y utilizando su proximidad a las autoridades de turno. Uno de estos casos emblemáticos es el del politiquero Carlos Mercado Rotela, quien, desde septiembre de 2023, funge como director del Parque Tecnológico Itaipu (PTI-Py), con un jugoso salario que asciende a casi G. 100 millones, incluyendo todos los beneficios.
Mercado Rotela, cuyo único mérito fue ser precandidato a intendente de Minga Guazú en 2021 y a diputado en 2023, ambos por el movimiento Honor Colorado, fue designado en un puesto de alta relevancia, como el del PTI, un espacio destinado al desarrollo tecnológico y científico en la Binacional.
El nombramiento de Carlos Mercado Rotela no solo generó controversia por su falta de preparación para el cargo, sino también por su nula experiencia en el ámbito tecnológico. Según fuentes internas del PTI, el político colorado no estaría a la altura de las exigencias para el puesto, lo que ha generado malestar entre los funcionarios que realmente están calificados para dicha función, pero por ser activistas del partido de Gobierno no son nombrados. De acuerdo con los datos, su gestión inclusive podría poner en riesgo el avance y la permanencia del Parque Tecnológico. Pese a ello, el político fracasado en dos contiendas electorales goza de todos los beneficios asociados a su cargo, como ser gastos de representación, guardias, choferes e incluso un avión a su disposición, todo a costa de la Itaipu.
DOBLE REMUNERACIÓN
Como buen político colorado, su ambición no se detuvo solo con el millonario salario que percibe en la entidad binacional, pues Mercado Rotela también ostenta el cargo de vicedecano en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional del Este (UNE), donde percibe un salario mensual de G. 5.500.000, más otros G. 5.000.000 por horas cátedras a las que, según fuentes, nunca asiste. Como si fuera poco, recibe viáticos hasta por irse a trabajar. En total, el político cartista Carlos Mercado Rotela, percibe de la UNE unos G. 10.500.000, y los funcionarios aseguraron a este medio que al mismo nunca se lo ha visto por la universidad, ni ha desempeñado funciones de docente.
Este funcionario estatal se ampara en la Ley 700/96 que permite percibir más de un sueldo si uno de ellos proviene del ejercicio de la docencia. Este acto, a todas luces, representa un claro caso de “planillerismo”, término utilizado para describir a los funcionarios que cobran un salario sin cumplir sus funciones en institución del Estado donde debería trabajar.
A pesar de su dudosa actuación en la UNE, Mercado Rotela cuenta con la protección de la actual decana de la Facultad de Filosofía, Lic. Paola Sánchez, quien encubriría sus ausencias y le permitiría mantener su doble remuneración.
CASI TODOS EN LA FUNCIÓN PÚBLICA
El director del PTI-Py, Carlos Mercado Rotela, tiene a otros hermanos suyos mamando de las tetas del Estados con jugos salarios. Nicolás Mercado es médico en el IPS, Julio Mercado es defensor de la niñez en Ciudad del Este; Enrique Mercado es miembro del Tribunal de Apelaciones en Asunción; Vicente trabaja en uno de los juzgados de paz en CDE; José Félix Mercado es funcionario de la Fundación Tesãi y, Francisco, el mayor de todos, es jubilado de Itaipu.
Mientras estos personajes se aseguran beneficios personales y familiares, la ciudadanía sigue esperando los cambios prometidos por el Gobierno de Santiago Peña. Este tipo de abuso de influencias no solo desprestigia a las instituciones públicas, sino que también debilitan la confianza en un sistema que, lejos de trabajar por el bienestar general, parece estar diseñado para enriquecer a unos pocos privilegiados.
El caso de Carlos Mercado Rotela es solo uno de los tantos que se repiten a lo largo del país. La sociedad demanda urgentemente una reforma política y moral que impida que figuras sin méritos ni capacidad ocupen cargos de alta responsabilidad.