Los castillos de Francia representan una parte fundamental del patrimonio histórico y cultural del país, reflejando siglos de evolución arquitectónica y política. Desde las fortalezas medievales hasta los lujosos palacios renacentistas, estas construcciones han sido testigos de importantes eventos históricos y simbolizan el poder de la nobleza y la realeza francesa. Así, el río Loira deja a su paso un impresionante valle de más de 400 kilómetros de extensión que es de las regiones más impresionantes de Europa.
Es conocido también como el ‘Valle de los Reyes’, pues en él se puede encontrar un rico conjunto patrimonial que alberga algunos de los castillos más impresionantes del mundo. Algunos de ellos son verdaderas obras de arte, mientras que otros fueron construidos como palacios de recreo y descanso. De todas las fortalezas que se pueden encontrar, el castillo de Lavoûte-Polignac destaca por su imponente imagen y la dilatada historia. Además, se incrusta en lo alto de un peñón desde donde domina todos los alrededores del Loira.
Situado en el corazón de la región de Auvernia-Ródano-Alpes, el castillo fue construido hace más de 1.000 años, por lo que ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los siglos, reflejando la evolución de la arquitectura defensiva y el gusto aristocrático francés. Es propiedad de la influyente familia Polignac, cuya historia está estrechamente vinculada a la nobleza y la corte francesa. El castillo ha sido el hogar de generaciones de la familia desde su construcción.
Igualmente, su estilo arquitectónico mezcla elementos medievales con toques renacentistas y neoclásicos, resultado de las diferentes ampliaciones y renovaciones que se llevaron a cabo en distintos periodos de la historia. De hecho, la familia nobiliaria mandó restaurar en el siglo XIX el ala sur, la cual es el único vestigio del cuerpo de la residencia señorial que subsiste en nuestros días. Sin embargo, el castillo destaca no solo por su imponente arquitectura, sino también por su rica colección de arte y mobiliario histórico.
En su interior, los visitantes pueden admirar muebles antiguos, retratos familiares, tapices y otros objetos que pertenecieron a la familia Polignac, lo que ofrece una visión única de la vida aristocrática francesa a lo largo de los siglos. Entre los tesoros que se exhiben, se encuentra una vasta colección de documentos y correspondencia que reflejan el papel de la familia en la historia política y social de Francia. Para disfrutar de todo ello, el castillo permite su acceso a través de un gran porche y desde el patio principal se accede al jardín de estilo medieval y renacentista, con poda de tejos, rosales y cosmos.