El polémico exfuncionario de la Gobernación del Alto Paraná durante la administración de Justo Zacarías Irún y ahora jefe de transporte en el Parque Tecnológico Itaipu (PTI), Manuel Dejesús Amarilla Brítez, quien, debido a un incidente ocurrido en 2016, se ganó el mote de “pateador de mujeres”, ahora está acusado de supuestamente acosar sistemáticamente a jóvenes que desempeñan labores en la represa y que están bajo su jefatura. Amarilla asumió el cargo en octubre del año pasado y, en ese corto tiempo, ya tiene en su haber fuerte reproche por su comportamiento abusivo de presuntamente “toquetear” a sus compañeras de trabajo que, sin embargo, deben permanecer calladas, ya que son amenazadas y coaccionadas con despido inmediato, en caso de denunciar o que el hecho salga a la luz pública.
La situación de las mujeres que trabajan en el Parque Tecnológico Itaipu (PTI) salió a la luz debido a denuncias de acoso sistemático por parte de Manuel Dejesús Amarilla Brítez, exsecretario de transporte de la Gobernación del Alto Paraná y actual jefe de transporte del PTI. A pesar de las múltiples denuncias y testimonios, las víctimas se encuentran en un estado literal de indefenso, debido al poder político que ostenta el agresor, lo cual impide que se tomen medidas efectivas para frenar su agresivo comportamiento.
Desde su designación en octubre de 2023, tras la asunción de Justo “Lucho” Zacarías como director general paraguayo de la Itaipu Binacional, Amarilla Brítez ha sido señalado por acosar sistemáticamente a las mujeres que trabajan en el PTI, quienes pidieron el anonimato al denunciar ante La Clave la penosa situación que viven, por temor a represalias. Según los testimonios recogidos, tres jóvenes que desempeñan labores en distintas áreas del parque han sido víctimas de toqueteos por parte del funcionario, quien utiliza su posición de poder para intimidarlas y silenciarlas.
Todas están plenamente identificadas, pero para evitar una doble victimización, obviamos sus identidades. Una de ellas es secretaria del área de transporte, y habría confesado que Amarilla Brítez le toca las nalgas con frecuencia. Además, una mujer del área de Talento Humano fue incluso forzada a recibir besos del alto funcionario.
El caso de una tercera víctima que es asistente de servicios generales es aún peor, pues ella dijo que el agresor le tocó los pechos en repetidas ocasiones. Esta mujer no soportó los acosos y en nombre de las demás víctimas presentó una denuncia en el departamento de RRHH del PTI, pero su queja ha sido ignorada bajo el argumento de que “no hay nada que hacer” y que las víctimas deben “callarse” si desean conservar su trabajo.
Así, las jóvenes se ven obligadas a soportar estas situaciones, pues Amarilla Brítez gozaría de la protección total de los Zacarías, principalmente del actual director general, con quien con frecuencia toma fotografías para publicar en redes sociales, imágenes que estaría aprovechando para advertir de la protección con que cuenta y generar temor a cualquiera que pretenda denunciarlo.
NEFASTOS ANTECEDENTES
El comportamiento abusivo de Amarilla Brítez no es nuevo. En 2016, ganó notoriedad pública tras un incidente en el Parque Saltos del Monday, donde, durante una entrevista televisiva, el periodista Carlos Báez lo acusó de haber agredido a Dominga Cáceres, de 60 años, una exfuncionaria municipal desvinculada por el clan Zacarías. Cáceres reclamaba su reincorporación a la Municipalidad de Ciudad del Este cuando, según la denuncia, Amarilla Brítez la agredió físicamente. A pesar de que negó el hecho, el video del suceso se viralizó en redes sociales, dejando en evidencia su carácter violento.
Dominga Cáceres falleció en 2018 a causa de un infarto, sin que su agresor siquiera fuera imputado por haberle golpeado. Su caso simboliza la lucha de muchas mujeres que, como las actuales víctimas del PTI, se enfrentan a un sistema que perpetúa la impunidad de sus agresores.
El silencio y la inacción ante las denuncias de acoso en el PTI reflejan una preocupante complicidad institucional. A pesar de que las agresiones de Amarilla Brítez son “un secreto a voces” dentro del parque, la estructura de poder creada impide cualquier tipo de acción en su contra. Ante este grave panorama, resulta fundamental que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y se garantice un entorno seguro y libre de violencia para todas las trabajadoras del PTI y de cualquier otra institución del Estado paraguayo.
NEGÓ LAS ACUSACIONES
Periodistas de este medio se comunicaron con Manuel Dejesús Amarilla Brítez, para obtener su versión sobre las graves denuncias, y el mismo negó todas las acusaciones, sin embargo, no supo explicar porque las supuestas víctimas inventarían los hechos si es que en verdad no sucedieron.