La reciente sesión de la Junta Municipal de Ciudad del Este, marcada por la abrupta interrupción de un debate crucial, pone en evidencia un problema que no podemos ignorar: la falta de transparencia en la administración municipal y la resistencia de algunos sectores a rendir cuentas sobre el uso de los recursos públicos.
El concejal Ernesto Guerin, del Partido Colorado, intentó abordar un tema que debería ser prioritario para cualquier administración comprometida con la honestidad: la posible existencia de “asesores” planilleros en la Municipalidad, personas que estarían cobrando salarios sin prestar servicios específicos. Sin embargo, lo que podría haber sido un paso significativo hacia la rendición de cuentas y el saneamiento administrativo, se convirtió en una nueva muestra de cómo la opacidad se ha enquistado en la gestión pública.
La maniobra de la bancada oficialista, al dejar sin quórum la sesión para evitar el tratamiento de este espinoso tema, es más que un acto político: es un golpe directo a la confianza de los ciudadanos en sus representantes y en la administración municipal. Cuando los pedidos de informes, como el presentado por Guerin, son ignorados o diluidos en procedimientos burocráticos, se envía un mensaje claro a la ciudadanía: la transparencia no es una prioridad.
La gestión municipal de Ciudad del Este, liderada por el intendente Miguel Prieto, tiene la obligación moral y legal de responder en tiempo y forma a estos pedidos de informes. Cada solicitud no atendida o cada maniobra para evadir un debate sobre posibles irregularidades no solo socava la credibilidad de las instituciones, sino que también perpetúa un ciclo de desconfianza y sospecha.
La transparencia no es un lujo ni una concesión; es un pilar fundamental de la democracia y de la buena gobernanza. Los ciudadanos de Ciudad del Este merecen saber cómo se utilizan los recursos que con tanto esfuerzo aportan al erario municipal. Si existen planilleros que cobran sin trabajar, se trata de un fraude que debe ser investigado y sancionado. Y si no los hay, es igualmente importante que la administración lo aclare con pruebas contundentes.
La transparencia y la rendición de cuentas no pueden ser postergadas ni negociadas. La administración municipal de Ciudad del Este debe entender que, en la era de la información, el silencio o la evasión solo incrementan las dudas y debilitan la confianza en las instituciones.
Es hora de que la Junta Municipal y el intendente Prieto asuman su responsabilidad y demuestren un compromiso real con la transparencia. Solo así podremos avanzar hacia una gestión pública que verdaderamente esté al servicio de los ciudadanos, y no de intereses ocultos. La ciudadanía de Ciudad del Este merece y exige respuestas claras y oportunas. La transparencia no puede esperar.
