La exjueza destituida por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) por blanquear a un narcotraficante en un juicio oral y público, Mirta Aguayo, exesposa del intendente de Hernandarias, Nelson Cano (ANR), asumió un rol de poder en la Municipalidad, que va más allá de su título oficial de “asesora”. Según testimonios de funcionarios municipales que pidieron anonimato por temor a represalias, Aguayo se convirtió en la verdadera intendente de facto de la ciudad. Su salario, que asciende a casi G. 10 millones, es solo una parte de la red de negocios y manipulaciones que la envuelven, todos ellos aparentemente facilitados por su estrecha relación con el jefe comunal.
Uno de los aspectos más polémicos de esta situación es la operación de su negocio, un supermercado llamado “Súper Económico”. En virtud de un acuerdo claramente digitado con la Municipalidad, la mayoría de los funcionarios municipales están prácticamente obligados a abastecerse de la canasta básica en este establecimiento comercial. Lo más alarmante es que, debido a los tres meses de salarios adeudados por la Comuna, los empleados se ven forzados a comprar a crédito en este supermercado, ya que no tienen dinero en efectivo para adquirir de otros locales. La deuda es descontada directamente de sus salarios, creando un círculo vicioso de dependencia que algunos describieron como “hambreador”.
Aguayo no solo se beneficia de esta situación, sino que también se asegura de que su supermercado ofrezca productos a precios más altos que otros comercios, aprovechándose de la desesperación de los trabajadores. Así, junto con el intendente Nelson Cano, montó un negocio lucrativo a expensas de los empleados municipales, quienes no tienen más opción que comprar en su comercio.
Pero la influencia de Aguayo no se limita a su supermercado. Fuentes confiables indican que orquestó una serie de cambios en las direcciones más importantes de la Municipalidad, como impuestos inmobiliarios, finanzas, tesorería y tránsito, colocando a personas que responden directamente a ella. Estas movidas estratégicas también le permiten controlar la Unidad Operativa de Contrataciones (UOC), desde donde se manipulan las licitaciones públicas a favor de empresas cercanas a ella y a su hijo, Nelson “Kpeto” Cano, excandidato a diputado por el Partido Colorado. Según las fuentes, estas empresas de maletín estarían siendo utilizadas para ganar licitaciones amañadas, lo que pone en evidencia un supuesto esquema de corrupción profundamente arraigado en la administración municipal.
PASADO JUDICIAL NEFASTO
La historia de Mirta Aguayo en el ámbito público no es nueva ni menos controvertida. En 2018, fue destituida de su cargo de jueza de sentencias en Ciudad del Este por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Junto con su colega Norma Girala, fue acusada de mal desempeño de funciones, habiendo beneficiado ilícitamente a un agente policial de Puerto Indio, implicado en homicidio y tráfico de drogas. Este oscuro antecedente no solo la dejó fuera del sistema judicial, sino que también le valió la denegación de la Visa estadounidense, un reflejo de la gravedad de las acusaciones en su contra.
Atendiendo las denuncias, resulta obvio que Aguayo, utilizando su influencia personal y conexiones familiares, ha tejido una red de poder que controla, tanto los recursos económicos como las decisiones políticas de la Comuna. Esta realidad no solo afecta a los funcionarios municipales, sino también a los ciudadanos de Hernandarias, que ven cómo sus recursos son desviados para enriquecer a una élite corrupta.
