Un grupo de empresarios, comerciantes y contadores de Ciudad del Este insiste en que el nuevo Régimen de Turismo de Compras (RTC), vigente desde el 1 de agosto, más que beneficiar, perjudica al comercio fronterizo. Esta preocupación fue expuesta ayer durante una reunión de trabajo con el gobernador de Alto Paraná, César Torres.
Agustín Arévalos, representante del sector de despachantes de aduana, expresó que explicaron al gobernador que la implementación del decreto 2.063, que regula el nuevo RTC para el comercio fronterizo, ha generado un grave problema, ya que excluye a pequeños y medianos empresarios del sistema.
“El problema es grave, porque el decreto exige que, para ser importador dentro del RTC, se debe contar con un capital de G. 6 mil millones y 200 mil dólares en el banco. Esto eliminará a los pequeños y medianos empresarios de toda la frontera, acabando de una sola vez con los emprendedores”, señaló.
Arévalos advirtió que el impacto será amplio, afectando principalmente a los pequeños y medianos importadores, así como a despachantes, compradores y hasta a pequeños comerciantes de barrio. “Esto podría convertir a Ciudad del Este en una ciudad fantasma, ya que solo beneficiará a los grandes empresarios. Es extraño ver las enormes obras que se están realizando en medio de tan poco movimiento”, añadió.
El gobernador mencionó que viajará a Curitiba y, a su regreso, tomará una posición sobre el reclamo planteado. “Se mostró con buena disposición, y creo que a su vuelta tendremos un panorama más claro sobre cómo va a actuar respecto a nuestra demanda”, comentó Arévalos.
Recordó que, con el régimen anterior, el Gobierno presumió de una recaudación adicional de 750 millones de dólares. “Eso demuestra que funcionaba, entonces ¿por qué cambiar un sistema en el que todos estábamos trabajando?”, cuestionó.
El nuevo RTC, promulgado el pasado 9 de julio, ha sido defendido por el director nacional de Ingresos Tributarios, Óscar Orué, quien adelantó que no habrá modificaciones, insistiendo en que el objetivo es combatir la informalidad, especialmente la asociada a empresas fantasma. Además, el decreto pretende dinamizar el turismo de compras y formalizar la economía en las ciudades fronterizas, con medidas como la reducción de algunas tasas impositivas, entre ellas el IVA, que bajó del 1,5% al 1,25%.