
Un sexagenario que junto a sus dos hijos cometieron asesinato como corolario de una ronda de tragos, del que participaba igualmente la víctima, fue acusado ayer por el fiscal Gabriel Segovia, quien solicitó al juez Carlos Vera que eleve el caso para su finiquito en contradictorio público. El incoado permaneció prófugo desde 2017 hasta que finalmente cayó en redes policiales y se le inició el proceso hoy acusado.
Según el histórico de hechos, Anastacio Romero Ortiz, de 68 años, viudo, afincado en el barrio San Miguel del km 12 de Ciudad del Este, junto a sus hijos Ángel Gabriel y Julio César Romero consumían bebidas alcohólicas en compañía de Joel Machado Prieto, exconvicto con antecedentes y arresto domiciliario. Se produjo una discusión entre los cuatro y el “visitante” se retiró de la vivienda hacia su domicilio cercano.
Joel fue seguido por Ángel Gabriel, quien portaba un arma de fuego y Julio César, con una varilla de hierro en manos y el hoy acusado armado con un machete.
ALCANCE, DISCUSIÓN Y HERIDAS GRAVES
Machado Prieto había logrado ingresar al patio de su vivienda cuando se produjeron los primeros disparos de arma de fuego, dos de los cuales, dieron en el hombro y su cabeza. Los Romero, ya en el piso la víctima, procedieron a golpearlo en todo el cuerpo con sus armas cortantes y contundentes principalmente en la cabeza. Fue socorrido por vecinos hasta el centro asistencial cabecera del departamento.
En el Hospital Regional fue sometido a tratamientos intensivos, hasta que el 28 de enero de 2018, la abogada Graciela Rojas solicitó en la unidad fiscal de la causa, agregar a la carpeta de investigaciones el certificado de defunción correspondiente a Joel Machado Prieto, quien murió el 26 del mismo mes, con pedido de caratularla como homicidio doloso, implicando a los tres ya citados como autores del hecho.
La investigación concluyó que los tres citados, padre e hijos, participaron de manera directa en el homicidio doloso y acusó por resolución fundada al único detenido, Anastacio Romero Ortiz, mientras sus hijos siguen rebeldes.