El Colegio San Blas (Escuela Guasu) de Ciudad del Este requiere urgente la ampliación de tres salas de clases. Los alumnos actualmente están hacinados en espacios improvisados para no perder sus actividades académicas. A inicio de este año, un pabellón con 12 aulas de dicha institución fue clausurado por presentar peligro de derrumbe y hasta ahora no fue reparado.
Los antecedentes señalan que tras el susto del peligro estructural, el pabellón cerrado y los estudiantes de referida institución fueron trasladados hasta el predio municipal de Artes y Oficios, por unos tres meses. Durante la permanecía “incomoda” allí, las autoridades poco se movieron para solucionar el inconveniente y desde julio decidieron retornar a su escuela.
Los padres exigieron a los docentes para encontrar una solución a la ubicación, pues resulta incómodo el cambio del lugar y a muchos le costaba llegar hasta el sitio prestado. La directora de la casa de estudios, Prof. Silvia Flores, mencionó que algunos alumnos se mudaron de escuela por esa razón. “Tuvimos una reducción importante desde la mudanza, pero cuando volvimos aquí, algunos retornaron”, alegó.
La construcción de tres salas es urgente, ya que unos grupos improvisan en los espacios de profesores, deportes y librería, mientras se aguarda la reparación del pabellón suspendido. Según la docente, la visita de los técnicos de obras para levantar datos ya se cumplió, pero el protocolo tarda mucho y los estudiantes se quejan bastante de la situación en la dirección.
Los del 2º año A y B están hacinados en los espacios improvisados, mientras que el 3º se instalaron a lado del bloque con peligro de derrumbe. Otros fueron reacomodados. A algunos padres no le gustó esa idea y quieren una pronta solución, acotó la profesora. Recordó que el pedido por la microplanificación está en prioridad, pero será para el próximo año recién. Según se escucha, el pabellón deberá ser demolido completamente y levantar uno nuevo.
PADRINOS
Urgente se necesita tres aulas para cubrir el espacio de los alumnos, solicitan que aparezca algún “padrino empresario” para construir y ayudar la actividad escolar. En el predio de la institución hay espacio para ampliar, lo que preocupa a la comunidad educativa es la incomodidad y el peligro existente en la casa de estudios.
El colegio tiene más de 300 estudiantes y soporta la penosa situación a causa del bloqueo de un pabellón en inmediaciones del centro esteño. El proceso mediante el Fonacide es lento y los alumnos a gritos cuestionan la falta de interés por la educación.