En las intersecciones de las calles de Ciudad del Este, Presidente Franco y Santa Rita se puede observar a un número creciente de personas pertenecientes a comunidades indígenas de Alto Paraná y Caaguazú. La desesperación por la falta de recursos esenciales los ha obligado a abandonar sus tierras y trasladarse a los centros urbanos en busca de ayuda, instalándose en semáforos y accesos a restaurantes, comercios y supermercados para pedir monedas.
La escasez de alimentos, la falta de documentos de identidad y otras necesidades básicas que enfrentan estas comunidades está forzando a muchas familias indígenas a abandonar sus comunidades de origen en busca de subsistencia.
Otro problema crítico es la regularización de los documentos de los inmuebles que ocupan los nativos. “En muchos casos, están en propiedades privadas y algunos ya están en proceso de desalojo, lo que será un gran problema próximamente”, advirtió Alder Cuéllar, responsable de la dirección de acción social de la Municipalidad de Presidente Franco.
Mencionó que este tema fue uno de los problemas expuesto al presidente del Instituto Nacional del Indígena (INDI), Juan Benegas, durante una audiencia la semana pasada en Presidente Franco. Dijo que líderes indígenas de comunidades nativas de Ciudad del Este, Presidente Franco, Ñacunday e Itakyry, así como del departamento de Caaguazú, presentaron sus reclamos de manera escrita y verbal.
“Las comunidades nativas en propiedades privadas ya fueron notificadas de que serán desalojadas. Es un tema de atención urgente por parte del Estado y nosotros estaremos acompañando para encontrar una solución pacífica”, afirmó Cuéllar.
La solución temporal de proporcionar abrigo y alimento para aquellos que se instalan en los semáforos no es suficiente. “Sabemos que al darles un poco de abrigos y alimentos y llevarlos de nuevo a sus comunidades no resuelve el problema, porque volverán. Necesitamos una asistencia permanente y resolver la causa de su desplazamiento”, enfatizó el funcionario.
Indicó que en las ocho comunidades de Presidente Franco no se registraron éxodos hacia otras ciudades. “Lo que vemos en nuestras calles son nativos de Ñacunday o Caaguazú. En el caso de Ñacunday dicen que salen porque el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) les prohíbe la caza de animales, su única fuente de subsistencia alimentaria”.
Los dirigentes de las comunidades indígenas de Ñacunday plantearon esta preocupación al presidente del INDI. “Este problema nos afecta indirectamente, porque vienen a nuestra ciudad y tenemos que asistirles. Se exponen al frío, al calor, a la lluvia, y también a las drogas y la prostitución, convirtiéndose en un problema mayor”, concluyó Cuéllar.