
Suman y siguen los casos de universidades “de garaje” que operan en el Este, y que antes que preocuparse por la calidad académica, solo buscan el lucro y actúan como corporaciones para sacar dinero a los estudiantes que sueñan con culminar una carrera que los prepare para el mercado laboral. Tal sería el caso de la Universidad Leonardo da Vinci (ULDV), con supuestas sedes en distintos puntos del país. Según documentos oficiales del CONES, cuenta incluso con una filial en Hernandarias, en donde ofrece la carrera de Medicina, sin embargo, ni siquiera posee un espacio físico, por lo que se sospecha que se trata de una “Universidad de maletín”. La informalidad en la enseñanza terciaria en el país persiste, presuntamente con la fuerte complicidad de instituciones, como el CONES, la ANEAES y el propio MEC, según fuentes fidedignas.
De acuerdo a lo que pudieron averiguar periodistas de La Clave, la filial de la Universidad Leonardo da Vinci, supuestamente ubicada en Hernandarias y donde ofrece la carrera de Medicina, solo existiría en los papeles, ya que ni siquiera cuenta con un espacio físico, es decir, infraestructura para dar clases presenciales a sus alumnos. Es requisito indispensable para cualquier universidad que ofrezca esta carrera, es contar con instalaciones adecuadas para la enseñanza de Medicina, que incluyan aulas, laboratorios, bibliotecas y salas de simulación clínica. También debe disponer de un hospital universitario o convenios con hospitales y centros de salud para la realización de prácticas clínicas.
Según datos recibidos, la universidad aparentemente funcionaba en la Torre II del edificio corporativo Paraqvaria de Hernandarias, de donde debieron retirarse por falta de pago, no contando hasta el momento con sede para su “filial” en este municipio. Pese a la total precariedad y falta de seriedad con que operan, el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES) no tuvo problema alguno para emitir una resolución en marzo de este año, por la cual se aprueba la habilitación de ofertas académicas y donde está incluida la ULDV con la carrera de Medicina, ofertada en Hernandarias. La resolución nº 109/2024 está firmada por el titular del CONES, el cuestionado Federico Mora Peralta.
En Alto Paraná, y más específicamente en Ciudad del Este, se ha observado una preocupante proliferación de “universidades de garaje”. Estas instituciones operan principalmente como sucursales, con el único objetivo de captar alumnos y lucrar con el cobro de mensualidades, sin ofrecer garantías de que los estudiantes puedan graduarse y obtener un título válido, especialmente en la carrera de Medicina. La mayoría de estas universidades “de garaje” carece de los requisitos básicos para funcionar, tanto en infraestructura como en plantel docente. Los estudiantes, tanto paraguayos como extranjeros, a menudo, no disponen de la información necesaria que asegure la validez de sus títulos al finalizar la carrera.

Las fuentes fidedignas aseguran que muchas de estas universidades “de maletín” solamente son utilizadas por los empresarios para usar las resoluciones expedidas por el CONES para “venderlas” a terceros, lo que evidencia el grado de informalidad, falta de transparencia y seriedad con que se está manejando una cuestión tan delicada como la enseñanza de la Medicina en Paraguay. Una fuente bien identificada aseguró que “solo las universidades que no coimean tienen problemas y son perseguidas por el CONES, aquellas que tienen “acuerdos” con las autoridades no tienen inconveniente alguno para seguir operando precariamente y estafando a sus alumnos. Así las cosas, la enseñanza universitaria, al menos, en el sector privado está muy lejos de la excelencia académica y más bien el único objetivo de estos empresarios es lucrar, estafando a los estudiantes, que reciben a cambio una enseñanza mediocre y. en muchos casos, sus títulos podrían ser invalidados posteriormente.
La ULDV fue fundada presuntamente en 2012 y sus dueños son la familia Torreani, según consta en su página web. La casa de estudios estuvo en el ojo de la tormenta recientemente por haber entregado título falso de abogado a Orlando Arévalo, presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM). Sin embargo, gracias a las influencias políticas, el caso no pasó a mayores.